¿Le importará a alguien, digamos un editor español, un representante de escritores franceses, que la Universidad de Guadalajara se sienta maltratada presupuestalmente por los gobiernos estatal y federal? ¿Les importa a algunos de los visitantes o corresponsales extranjeros que un grupo de jóvenes no se sienta representado por la Federación de Estudiantes Universitarios?¿Tiene la galardonada con el Premio Fil de Literatura en lenguas romances, en este caso Diamela Eltit, que escuchar las grillas locales para ser merecedora de un premio internacional? No, la verdad es que les tiene sin cuidado, ellos vienen a otra cosa, a una fiesta mundial de los libros y el que los actores locales aprovechen la ocasión para dirimir sus asuntos domésticos es solo una muestra de provincianismo político.Lo que vimos el sábado durante la inauguración de la FIL fue un exhibicionismo del grupo político de la UdeG y del gobernador Enrique Alfaro mostrando músculo y posando para unas cámaras nacionales e internacionales que no los voltearon a ver. El desplante del gobernador de no ir a la inauguración porque iba a dar comienzo su consulta -suya y de nadie más- sobre el pacto fiscal es no dimensionar la importancia que tiene la Feria para la ciudad y lo particularmente importante que es esta edición para el futuro de la FIL. (El aderezo del video de la mujer que exige foto porque ella llevó más camiones de acarreados es solo la cereza de un patético pastel).Por el otro lado, que la Universidad use la FIL para dirimir asuntos domésticos, problemas que, bien los sabemos, son políticos y tienen que ver estrictamente con el ejercicio de poder local, demerita a la Universidad y demerita a una Feria que es global, que es de todos y cuya importancia radica en haberse convertido en un espacio de discusión de ideas y pensamiento, no de control de presupuestos y grillas locales. Para ponerlo en palabras llanas, es el equivalente a usar una fiesta de cumpleaños del hijo para hablar mal de la suegra.Si la intención de ambas partes es que el mundo se diera cuenta que tenemos una clase política de miras cortas e incapaces de ver más allá de su propio ombligo, la puesta en escena y la pasarela de mister músculo político Jalisco funcionó; felicidades, lo han logrado con creces. Si la apuesta era apuntalar a la Feria tras una pandemia que la obliga a reinventarse, flaco favor le han hecho.Lo que vimos el sábado durante la inauguración de la FIL fue un exhibicionismo del grupo político de la UdeG y del gobernador Enrique Alfaro mostrando músculo y posando para unas cámaras nacionales e internacionales que no los voltearon a ver.