La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) estuvo nuevamente a la altura de las circunstancias y volvió a hacer cumplir la Constitución al invalidar las dos primeras leyes del llamado “Plan B” de la reforma electoral que envió el año pasado Andrés Manuel López Obrador, luego de no alcanzar la mayoría legislativa con la que quería reformas a la Carta Magna que desaparecieran al Instituto Nacional Electoral (INE).Las y los ministros de la Corte, que votaron 9 a favor del proyecto que invalidaba esta Ley como lo propuso su compañero Alberto Pérez Dayán (excepto las ministras que votaron en contra y que siempre se pliegan a los dictados del Presidente de la República, como lo son Yasmín Esquivel, acusada de plagiar su tesis de licenciatura, y Loretta Ortiz Ahlf, ex legisladora de la 4T), mostraron así congruencia con los fallos de invalidez que ha emitido de leyes que se han aprobado en fast track o por medio de procesos legislativos viciados como pasó el año pasado con la Ley General de Comunicación Social y la Ley de Responsabilidades Administrativas, que constituyen la primera parte del “Plan B”, y que habían sido impugnadas con acciones de inconstitucionalidad interpuestas por partidos políticos opositores como el PAN, PRD y MC, el INE, y diputados y senadores en lo individual, así como de ayuntamientos no gobernados por Morena de una decena de entidades.El hecho de que estas normas electorales secundarias se hayan aprobado por la mayoría de Morena y sus aliados en la Cámara de Diputados en menos de 24 horas a la presentación de la iniciativa sin siquiera pasar para su discusión en Comisiones, fue clave para su anulación. Así había sucedido, por ejemplo, el 29 de agosto pasado que la Corte invalidó unánimemente la reforma de 2017 sobre el derecho de las audiencias porque en el Senado se aprobó en un solo día. De mantener, la mayoría de las y los ministros esta línea de congruencia, el resto del “Plan B” tendrá el mismo destino de invalidez, lo mismo que el festín de albazos legislativos que se vivieron la primera semana de mayo tanto en la Cámara de Diputados como en la conocida ya como la “noche negra” en el Senado, cuando se aprobaron más de 20 reformas al vapor, a ritmo de 12 minutos por iniciativa. Desde luego el Gobierno de la 4T no se quedará de brazos cruzados y mantendrá las presiones que de a principio a fin ha ejercido sobre la Corte en estos litigios, y que seguramente mañana volverán a aparecer desde el púlpito mañanero donde el Presidente les volverá a machacar que son unos “alcahuetes” del conservadurismo, cuando en realidad sólo están cumpliendo su deber de revertir los evidentes excesos y violaciones al proceso legislativo en los que incurre la aplanadora morenista al acatar con total sumisión los dictados de Palacio Nacional.jbarrera4r@gmail.com