Un ensoberbecido Andrés Manuel López Obrador, que desde el pasado fin de semana ha venido celebrando el festín de albazos legislativos hechos de madrugada por las bancadas de Morena y sus aliados, embistió nuevamente ayer en contra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) porque sabe que es sólo ahí donde se pueden revertir los evidentes excesos y violaciones al proceso legislativo que se dieron la semana pasada, primero en la Cámara de Diputados, y luego en el Senado de República.Como era de esperarse, el Presidente minimizó en su rueda de prensa mañanera las aprobaciones “fast-track” que hicieron las y los diputados de Morena, y sus aliados del PT, PES y Partido Verde, de un paquete de más de dos decenas de iniciativas primero en San Lázaro la madrugada del miércoles, y en la Cámara alta la madrugada del sábado en una sede alterna y echando mano de legisladores suplentes para alcanzar el quorum indispensable para poder sesionar. Entre las minutas aprobadas al vapor está la que extingue al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), creado por el Gobierno de la 4T para sustituir el Seguro Popular y que nunca sirvió para cumplir con la promesa presidencial de dar servicios de salud de primer mundo como en Dinamarca. Está también la que desaparece el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Financiera Rural, entre otra decena más a las que ni siquiera se les dio lectura.Todas estas omisiones y atropellos de las sumisas bancadas morenistas le parecieron a López Obrador pecata minuta, pese a haber actuado bajo la lógica de las aplanadoras priistas y panistas que tanto criticó como opositor.Para eso “somos mayoría”, espetó el Presidente y el exabrupto contra la Corte vino cuando se le preguntó si no temía que las y los ministros que encabeza Norma Piña invalidaran todo este paquete de iniciativas que envió de última hora al Poder Legislativo, para que se aprobaran a toda prisa en el último día del periodo ordinario de sesiones. “Hay mayoría simple: la mitad más uno que es lo que se requiere para reformar una Ley. Entonces, ¿dónde está la ilegalidad?”, respondió el Presidente para luego rematar que “si van a convertir a la Corte ya por entero en la gran alcahueta del bloque conservador, ya también se verá, diría el corrido o ya el corrido lo dirá”.Lo cierto es que para detener esta escalada de autoritarismo que ha tomado el Presidente y su partido la Corte se ha convertido en el último reducto para defender los contrapesos y los incipientes avances democráticos en nuestra vida pública que hoy desde el poder se quieren echar por la borda. jbarrera4r@gmail.com