Se cierran las series de Cuartos de Final de la UEFA Champions League al jugarse entre hoy y mañana los partidos de vuelta, con las cuatro llaves prácticamente definidas, en las que sólo un milagro (o catástrofe, depende del sentir del aficionado) podría cambiar lo que parecen unas Semifinales cantadas entre Barcelona, Liverpool, Real Madrid y Bayern Munich, quienes conocerían su suerte en el sorteo abierto que se realizará este viernes en Nyon, en el que parece lo más lucrativo saber si el Clásico Español se daría en la penúltima ronda del torneo continental o cabría la posibilidad de que chocaran en una Final de antología. Desbalance en el OlímpicoRoma recibe al Barcelona esta tarde tapatía con la intensión de repetir la buena imagen que por momentos mostró en el Camp Nou, alternando una presión alta en la salida blaugrana como también cerrando espacios en retaguardia, atacando a la espalda de los volantes culés y creando dudas en el fondo de la zaga catalana. El problema es que el equipo de Valverde (prudente y precavido en su discurso para este duelo) terminó por imponerse por 4-1 más por inercia que por convicción, evidenciando la diferencia del talento y pegada entre ambos conjuntos, que se predecía desde el momento de saberse este cruce, a priori el más desequilibrado de los Cuartos de Final.Del lado culé, llama la atención cómo el hecho de haber dejado en el baúl de los recuerdos el genético 4-3-3 y el juego ofensivo bordado a través de la posesión ha mutado a un sólido y compacto 4-4-2, en el que pueden ceder por momentos la iniciativa y tenencia del balón para generar huecos en la transición ofensiva y espacios para un Messi más centralizado y retrasado en su posición que nunca, omnipresente en el juego ofensivo, pero que todo esto ha generado en la crítica generalizada una voz inconforme porque “ahora importa más el resultado que el juego” o “ya no juegan tan bien”, o al menos ya no son tan espectaculares como lo llegaron a ser (por eso cada vez se vuelve más nostálgico lo producido ahí con Guardiola, porque seguramente ya no se volverá a ver algo similar) a pesar de estar encaminados a un tercer Triplete y cosechar nuevos récords en su andar, sumidos en una Messidependencia tan poderosa como por la que vive y sufre la Argentina (bendito problema que desearían prácticamente 99% de los equipos y Selecciones del mundo).Si la Roma sueña con una remontada histórica deberá hacer un partido perfecto: ganar por 3-0 les daría el pase, pero el Barcelona apenas ha recibido tres goles en todo el torneo, y un gol culé obligaría a la Loba a marcar por lo menos cuatro para enviar la serie al alargue. La clave ofensiva para los dirigidos por Di Francesco (aboga a no perder la esperanza) es volver a poner dentro del área a su goleador Dzeko ante la marca de Jordi Alba (un duelo físicamente disparejo a favor del ariete bosnio), como ocurrió en el gol romano la semana pasada. Para eso, deberán crear la jugada atacando al lateral derecho culé y distraer/jalar marca de los dos centrales (Piqué y Umtiti) para aislar del otro costado al grandote con el chaparrito. Veremos si aquello fue una coincidencia o lo buscan sesudamente con insistencia.Waterloo de PepSi bien la histórica y tensa relación entre Guardiola y Mourinho ha acaparado el morbo internacional durante años, el bueno de Jürgen Klopp es en realidad la bestia negra del estratega catalán, ya que el técnico alemán es el único con balance a favor entre todos sus colegas en los duelos directos ante Pep: el sonriente teutón de lentes y barba se ha impuesto en siete de los 13 choques directos entre ambos, con un empate y cinco victorias para el calvo de Santpedor.Y esa estadística se consolidó la semana pasada en Anfield Road, donde el Liverpool destrozó en un primer tiempo inigualable a un Manchester City, que a pesar de terminar oficialmente con e62% de la posesión como visitante, no logró realizar ni un solo disparo a portería en todo el partido, que terminó por perder por 3-0.El Liverpool de Klopp vuela bajo el radar del favoritismo que asumen los otros campeones continentales en liza, pero en realidad es el cuadro más espectacular, al menos para un espectador neutral, con un ataque tan explosivo y veloz como contundente (son el cuadro más goleador del certamen, con 31 tantos anotados), con delanteros encendidos como Mohamed Salah (candidatazo al Balón de Oro y lanzado por la Bota de Oro), Sadio Mané y Roberto Firmino, quienes despedazaron a una defensiva Citizen que se vio lenta e impotente ante cada ataque Red directo y sin escalas, corriendo de espaldas hacia su propia portería.Enterrados en el marcador global, sin gol de visitante y golpeados en el alma tras caer dolorosamente el sábado ante el United en el Derbi de Manchester (cayeron 2-3 tras ir ganando 2-0, postergando su coronación en la Premier League), los de Guardiola saben que se juegan hoy en su Etihad Stadium la credibilidad internacional de su proyecto, no sólo deportivo sino ideológico, pues jugar bien a través de la posesión no le ha alcanzado a Pep ni siquiera para pasar de Semifinales en Champions (ni con el Bayern ni por ahora con el City), donde Klopp le ha ejemplificado mejor que nadie que lo más importante de tener el balón es saber cómo hacer daño con él.Twitter: @pacherecomienda