Hace 30 años, cuando Tim Burton culmina la filmación de su “Batman”, ocurrió un debate entre los admiradores del hombre murciélago: ¿la adaptación debía respetar la estética pop de la serie de televisión? La visión gótica de Tim Burton, los breves apuntes que caracterizan a los villanos (el acoso que produce a Gatúbela, la deformación física del Pingüino y el anhelo de venganza del Guasón) y, sobre todo, la capacidad para crear una renovadora visión estética propician el anhelado doble éxito: el triunfo en la taquilla y la crítica.A lo largo de las distintas reinterpretaciones del Guasón hay una que destaca: “The Dark Knight” (2008), donde la actuación de Heath Ledger parecía insuperable. El actor fallece unos meses antes del estreno y siguiendo los pasos de James Dean, Heath no descubre las dimensiones de su caracterización.Frente al dominio que las distintas franquicias del cine de superhéroes imponen, el Hollywood corporativo descubre su adicción a las producciones basadas en cómics; a lo largo de este siglo sus beneficios económicos son apabullantes y se genera una saga que estreno tras estreno es reiterativa en el uso de efectos especiales, en el sentido paranoico de los personajes que se resuelve a través de ingeniosos “punch lines” y la destrucción de ciudades icónicas como Nueva York, Los Ángeles y Londres… o todas juntas. En estas orgías de destrucción, la muerte es algo implícito, coyuntural, un daño colateral.De nuevo son los ejecutivos de Batman quienes toman el reto de producir una película de súper héroes a contra corriente. “Joker” no está basada en un cómic, no está plagada por los efectos especiales y su relato es la crónica de un viaje a la locura, a la neurosis oculta de cada uno de los súper héroes. Todd Phillips retoma aquellos breves apuntes que permiten descubrir los motivos de cada uno de los enemigos de Batman y explora en las causas de esa radical ruptura que supone el nacimiento del Joker y la agonía de Arthur Fleck.Entre los 365 millones de dólares que costó “Avengers Endgame” y los 55 millones de “Joker”, su triunfo en la taquilla, su impacto entre la crítica y el stablisment cultural (ganadora del Festival de Venecia), es una buena noticia: confirma que no se requieren de grandes efectos especiales para obtener un éxito popular, además en su segura cuarta nominación al Oscar Joaquín Phoenix, por fin, lo recibirá, por una caracterización memorable, que para empezar implicó perder 24 kilos de peso y crear a uno de los personajes más frágiles de nuestro tiempo.
