Si bien la carrera de Joe Pesci se remonta a los años 60 (aparece en un par de programas de “El show de Lucy”) es hasta 1980, a los 37 años, cuando participa en “El toro salvaje” -la biografía del boxeador neoyorquino Jake La Motta- donde encarna al hermano que desea orientar y controlar el brutal talento del príncipe de la familia y, mientras es campeón, rey del barrio y de la ciudad. En Joey La Motta encontramos al hermano que se sacrifica ante el consentido de los dioses, del destino.Su personaje tiene tales dimensiones que es nominado al Oscar en la categoría de coactuación, aparte en una de las escenas Robert De Niro le fractura una costilla. Literalmente deja la piel en el escenario. Martin Scorsese y Pesci se reencuentran una década después, cuando le dan continuidad al bosquejo de Joey La Motta y ahora construyen a Tommy de Vito uno de los “Buenos muchachos”, el delincuente italiano que sueña con acceder al linaje de las mejores familias de la mafia del Este norteamericano.Entre esos 10 años Pesci es un actor convocado, pero no tiene papeles protagónicos, en general es uno de esos personajes que se convierte en el acompañante cómico del protagonista, es un patiño popular y eficiente en su capacidad para interpretar un extremo autoescarnio. Entre la parodia y los chistes de golpe y porrazo las nuevas “ventanas” de la industria (televisión por cable y el video) le dan a “Buenos muchachos” una presencia constante, sus personajes tienen el barro de lo terrenal; además Scorsese lo humaniza -con un cierto tono irónico- al capturar un momento íntimo, ese regreso a la casa para cenar con su madre después de haber cometido alguna atrocidad.Parecía que la saga del heredero sin trono culminaba en “Casino” (1995); imagino que estaba fatigado de ser el “Sancho Panza” de un Hollywood menor, en 2010 toma la decisión de no aparecer en otra producción; entiendo que Martin Scorsese lo busca en varias ocasiones para proponerle una nueva colaboración. Joe Pesci acepta regresar al set en un proyecto que tiene el aliento de la despedida definitiva: “El irlandés”. Donde ocurre la reunión de cuatro de los mejores actores del cine: Robert De Niro, Harvey Keitel, Al Pacino y Pesci. Curiosamente las dimensiones de la carrera de estos extraordinarios camaleones humanos no lo reflejan los Oscares donde sólo podemos sumar 4. Ellos son ya una leyenda, le han dado su rostro a nuestro tiempo y a nuestras neurosis.