Tú pensabas que no, pero la realidad te golpeó en la cara como un vagón del tren ligero que previamente ha sido besuqueado por el góber. ¿No te sientes mejor? Pues siéntete, porque lo estás, aunque creas no estarlo.Deberías estar agradecido de vivir en un estado como Jalisco, donde en solo seis años te refundaron, te dignificaron el espacio público y te redujeron los delitos. En la Disneylandia de la torta ahogada y del tequila no hay sino días históricos, buenas noticias, pasos sólidos y anuncios de frente.Y no ha sido un trabajo sencillo, pero por ti y por verte sonreír aquí se hace de todo. ¿Revivir un río de espuma y caca? ¡Concedido! ¿Transporte público limpio y confinado? ¡Faltaba más! ¿Felicidad y calma en tus traslados? ¡Cómo diablos no!En el mágico reino de Jalisco, donde las autoridades viven en la realidad que tú anhelas, existen situaciones que podrías creer inverosímiles, pero no. Aquí, lo que sí pasa realmente no pasa. Sobre todo, si eso que no pasa viene arropado por el decreto de quien manda, regaña y, a veces, gobierna.Empecemos con las desapariciones, esos crímenes atroces que, según nuestras autoridades, no ocurren porque la gente desaparece sola. En realidad, Jalisco no vive una crisis; solo hay errores de percepción. Las personas simplemente se decidieron a abordar un autobús a Neverland sin avisarle a nadie.La gente aquí es tan libre que decide irse sin avisar, y las estadísticas que nos ponen como el estado con más desaparecidos en México son solo un malentendido. Aquí todos están presentes, incluso aquellos que ya no están.La violencia está bajo control, aunque los malditos medios y los colectivos se empeñen en despreciar la imagen de nuestro estado ante el mundo. Ellos, de hecho, son los enemigos. Ellos y no los que tú creías que sí eran. ¡Desestabilizadores despreciables!Son esos entes infames quienes te dicen que en la tierra prometida hay ríos de olor nauseabundo e ignoran que, ante la omisión del Gobierno federal, nosotros solos lo revivimos.Porque, ¿quién necesita un tratamiento ambiental cuando la simple voluntad del elegido de todos tiene el poder de la purificación? Ahora, el Río Santiago es casi tequila cristalino y lo que tú ves como aguas negras realmente es una fuente exótica para refrescarse.Claro, si te pones pretencioso seguro se te va a ocurrir mirar de cerca y hasta podrías atreverte a pensar que esto sigue igual o peor que antes. Pero eso, además de atentar contra la seguridad del estado, sería caer en las garras del escepticismo.Y espérate, porque en transporte público no hay sino una oda a la modernidad. Si te cambiaron las rutas no fue para confundirte, fue para que en cada abordaje descubras nuevos senderos y los rincones más recónditos de tu ciudad. Qué importa si vas a Loma Dorada y terminas en Lomas del Mirador: la experiencia completa está incluida en tu pasaje de 9.50, con 50 centavos de propina.Además, es de todos conocido que las quejas de usuarios por las mismas fallas de siempre son solo una ilusión colectiva. El transporte es tan perfecto que la hora y media que esperas a que pase uno demuestra tu interés en abordarlo. De nada, la verdad.Con todo esto, ¿quién no querría visitarnos? El motor económico es tan poderoso que ha obligado a la delincuencia a hacerse a un lado para que el turismo disfrute de atractivos como la ruta del socavón, la temporada anual de albercadas en Plaza del Sol o las cataratas de 8 de Julio, innovaciones que nadie más en el mundo se ha atrevido a implementar y que orillan a los policías a solo disfrutar del paisaje cuando recorren la ciudad en su jornada.Porque, sí, la recuperación de espacios públicos es otro gran éxito que no has querido ver. Los edificios departamentales que se rentan por millones son muy atractivos. Tú podrías creer que están abandonados, pero la realidad es que registran una sobreocupación de fantasmas que generan ingresos récord en turismo paranormal, sin contar que los basureros que hay justo al lado de los puntos limpios son realmente intervenciones artísticas que el mismísimo Banksy envidiaría.Como dije: Pasos Sólidos que no quieres ver, pero que acá te recordamos porque, aunque nosotros no sepamos hacia dónde se dirigen, lo importante es que el Gobierno sí, y con eso basta.Gracias, Jalisco, porque las cosas que sí pasan aquí no pasan, y además nos enseñan que la tierra en la que vivimos solo ves lo que crees ver, pero no es lo que es. Bien lo decía Parménides, padre de la verdad, en uno de sus soliloquios: lo que es, es, y lo que no es… pues no es. Y punto.isaac.deloza@informador.com.mx