El nuevo megaderrame de hidrocarburos ocurrido el viernes en la comunidad La Mezquitera, en la delegación de La Laja, es la prueba de que el robo de combustible, lejos de erradicarse, ha crecido como nunca en este municipio del Área Metropolitana de Guadalajara (AMG).De las ordeñas clandestinas en Zapotlanejo se sabe al menos desde hace casi dos décadas y ninguna autoridad municipal, estatal o federal ha sido capaz de terminar con ellas.En diciembre de 2018, cuando inició la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, su primera gran causa anticorrupción, de la que habló a diario durante tres meses en su mañanera, fue justamente su “guerra antihuachicol”. Muchos pensamos que por fin vendría un verdadero combate a las ordeñas en los ductos de Pemex, pero eso no pasó ni en Zapotlanejo, ni en Jalisco, ni en México.No sólo no se acabó este lastre que pone en riesgo a muchas comunidades en el país y le da ganancias millonarias a los grupos del crimen organizado para acrecentar su poder corruptor y de fuego, sino que creció en los últimos cinco años.Zapotlanejo, como uno de los 12 municipios de Jalisco en los que se ha detectado la ordeña de hidrocarburos, por ser los territorios por los que atraviesa el oleoducto Salamanca-Guadalajara, está en el top 3 con 326 perforaciones el año pasado, solo por debajo de Tototlán con 344 y Ayotlán con 337. Aunque también hay en Atotonilco, Tala, Tlajomulco, Zapopan, Degollado, El Arenal, Juanacatlán, El Salto y Tonalá.Sumando toda la actividad huachicolera en estos municipios, Jalisco está en el segundo lugar nacional en número de piquetes a los ductos de Pemex, al pasar de 613 en 2022 a 2 mil 482 el año pasado, un crecimiento escandaloso del 305 por ciento.A nivel nacional el fracaso del combate al huachicol de la 4T es evidente. Mientras que en el sexenio pasado en los primeros cinco años las mafias realizaron 28 mil 688 perforaciones, en este mismo lapso del gobierno de AMLO van 64 mil 32 ordeñas, lo que significa un aumento del 123 por ciento.El gobierno federal debería ser el primer interesado en hacer una profunda investigación para sancionar a los que seguramente se volvieron a coludir con las mafias huachicoleras y que están dejando muy mal parado a López Obrador.Seguramente encontrarán una enorme trama de corrupción que involucra a empleados de Pemex, y autoridades y corporaciones policiales federales, estatales y municipales cooptadas con el reparto de las multimillonarias ganancias que deja el robo de los casi 750 mil litros diarios que reconoce la paraestatal, que al mes equivalen a 562 millones de pesos.
