La industria minera es la quinta actividad generadora de divisas para el país con un volumen de negocios de 23 mil 579 millones de dólares (MDD) en el año 2021. Está por debajo de las divisas que dejan las industrias automotriz, con 139 mil 842 MDD, electrónica (76 mil 450 MDD), remesas (51 mil 586 MDD), petroleras (28 mil 926 MDD), y está por encima de las entradas de capital que dejan el turismo (19 mil 797 MDD) y la industria agropecuaria (19 mil 668). Es muy poderosa. La Cámara Minera de México presume que genera 406 mil empleos y afirma que impulsa “el desarrollo y el bienestar de 696 comunidades donde se asientan sus operaciones”.Pero las comunidades y pueblos donde se llevan a cabo las explotaciones mineras tienen otra versión de la realidad. La colectiva ¡Cambiémosla ya!, que surgió hace dos años para exigir la modificación de la Ley Minera, sostiene que el modelo extractivo minero es extremadamente depredador del territorio y afecta a las comunidades donde opera. “Los impactos negativos de la industria minera en el país son irrefutables: devastación ambiental como los derrames en los ríos Bacanuchi y Sonora; los daños a la salud de la población por la contaminación del suelo y el agua; el despojo de tierras y recursos naturales de las comunidades y pueblos para instaurar sus proyectos… todo al amparo de la Ley Minera vigente, promulgada durante el Gobierno de Carlos Salinas de Gortari, en 1992”, señaló el pasado 18 de abril.Por eso era tan importante modificar la ley vigente desde 1992. El pasado 28 de marzo el Presidente Andrés Manuel López Obrador envió al Congreso de la Unión una iniciativa para reformar tanto la Ley Minera como otras relacionadas como la Ley de Aguas Nacionales y la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente. Algunos cambios relevantes que incluía la iniciativa presidencial es que acotaba las concesiones a 15 años, a cambio de los 50 años que permitía la ley anterior, renovables por otro periodo; eliminaba privilegios de las empresas para el acceso a la tierra y al agua; y fortalecía el cuidado del ambiente, los sitios sagrados y los derechos humanos. Para varias organizaciones de la sociedad civil, la iniciativa presidencial era un avance respecto al régimen anterior, aunque organizaciones como la Red Mexicana de Afectados por la Minería (Rema) la consideraban una iniciativa tímida y que no iba al fondo de la protección de los derechos de los pueblos indígenas y comunidades campesinas. A comienzos de esta semana el coordinador los diputados de Morena, Ignacio Mier, dijo que no había tiempo para discutir a fondo esta ley en el actual periodo de sesiones que termina este mes. Pero de manera sorpresiva la noche del jueves 20 y madrugada del viernes 21 de abril, los diputados de Morena sometieron a debate y aprobaron la iniciativa que da pie a una nueva Ley de Minería. Sin embargo, lo hicieron introduciendo varios cambios significativos a la iniciativa que había enviado López Obrador. Entre otros aprobaron un régimen de concesiones por 80 años (no los 30 que proponía el Presidente), además amplía a 80 años la vigencia de concesión de agua, cuando la iniciativa del AMLO planteaba permisos de cinco años y rebajaron significativamente las regulaciones ambientales. Todo indica que los cambios ocurrieron por las presiones de los empresarios. La crónica de La Jornada sobre la aprobación de la nueva Ley de Minería revela que la nueva iniciativa ocurrió “Como resultado de una negociación con la Cámara Minera de México en la Junta de Coordinación Política, cuyos resultados se presentaron al secretario de Gobernación, Adán Augusto López” (https://bit.ly/3H6SY7U). Es decir, el Gobierno de la Cuarta Transformación prefirió rendirse ante los reclamos e intereses de la industria minera que ante las exigencias y demandas históricas de las comunidades, pueblos y organizaciones que durante décadas han demandado el fin del extractivismo minero por la devastación y muerte que deja a su paso. Los intereses mineros se impusieron ante el bien común que el gobierno de la 4T dice representar. rubenmartinmartin@gmail.com