Sin importar colores o preferencias políticas, la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia de la República es, indiscutiblemente, histórica para México. Por primera vez en poco más de 200 años, México será gobernado por una mujer presidenta, sumándose a los 26 países del mundo que actualmente son gobernados por una.La llegada de Claudia entonces es histórica, y se convierte en un nuevo ejemplo para las mujeres, especialmente las niñas, para decirles que si ellas lo sueñan, si se esfuerzan y luchan por ello, pueden lograr lo que se propongan, incluso, ser presidentas de la República. Las expectativas puestas en Sheinbaum Pardo son altas sin duda, no solo porque muchos la ven como la responsable de la continuación de la Cuarta Transformación, como ella misma lo dijo en su discurso inicial tras rendir protesta en San Lázaro, sino por aquellos quienes piensan que es una nueva oportunidad de cambio.Que si las mujeres son más humanas, más sensibles, que si habrá una visión distinta de País desde los ojos de una presidenta...La expectativa también es alta porque hay quienes todavía creen en la hipótesis que señala que las mujeres son menos proclives a actos de corrupción. Sin embargo, de acuerdo con el estudio "Mujeres contra la Corrupción", impulsado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, "si bien se ha notado una disminución de la corrupción cuando hay mayor participación de mujeres, esta no se debe a que las mujeres sean menos corruptas que los hombres, sino que al abrir la participación al 100% de la población (en lugar de solo el 50% que representan los hombres), es más posible encontrarse con personas adversas a la corrupción". "Con base en lo anterior, podemos afirmar que la hipótesis referente a que las mujeres son menos corruptas que los hombres no es cierta, dado que se basa en estereotipos de género, y no en hechos", señala el reporte.Claudia ha comenzado ya con al menos tres propósitos que la diferencian (o buscarán diferenciarla) de Andrés Manuel, y en los cuales hubo un retroceso en su gobierno: el impulso a la ciencia, a las producción y distribución de energías limpias y un reconocimiento particular a las mujeres para focalizar apoyos que las beneficien (aunque ojo, porque el hecho de que Claudia sea mujer, no quiere decir que compagina directamente con el movimiento feminista).Ahora, basándonos en el reporte mencionado de las Naciones Unidas, no basta con decirlo. Y precisamente son los hechos los que debemos esperar, el avance de su gestión, manteniendo los ojos críticos bien puestos en su gobierno, el cual tarde o temprano tendrá que desvincularse de Andrés Manuel, precisamente si ella quiere hacer su propia historia, esa que ya comenzó y que nos mantendrá en los ojos del mundo este sexenio que comienza.
