“Hay diputados que lo único que hacen bien son post de Instagram”, se quejó mi amigo Héctor. Me pareció injusto. Añadí que hacen muy bien otra cosa: gastar dinero público para postear en Instagram. ¿Lo notó? En octubre hubo una pasarela de informes legislativos. Chema, Mony, Gaby, Kike, Quirino, María, Pris, Horte, Tomy, Clau… Naranjas, morenos, morados, albiazules, tricolores, verdes… La Ley Orgánica del Poder Legislativo de Jalisco indica que cada diputado debe “presentar a la sociedad” un informe en octubre. No da más detalles ni los obliga a adoptar el estilo TED Talk de coach legislativo que seduce con leyes irresistibles -el formato y cualquier desfiguro es responsabilidad de cada diputado.Sin embargo, el artículo 26 de la ley mencionada, acota: “Las y los diputados no contarán con apoyo económico de parte del Poder Legislativo para la realización de su informe”. Ah, caray, pues entonces, cito a Chico Che, ¿quién pompó? Porque ganas y presupuesto no faltaron. En una revisión a sus redes y tras una confesión fuera de grabadora, dos diputados me confirmaron que gastaron en (lo reto a que lea la lista sin respirar):Espectaculares en la ciudad, spots en radio, pauta en medios tradicionales y redes sociales, volanteo, pendones con su carita, tomas con dron, producción de video, pantallas gigantes, entarimado con diseño avant gard, mobiliario diverso, atril de “cristal”, sonido, renta de espacios y ajuar de gala. Sólo para ejemplificar el costo de un evento de estos, MC Jalisco gastó este año 751 mil pesos en su Cuarta Convención Estatal. Y el PRI Jalisco pagó 174 mil pesos para la toma de protesta de Laura Haro. Sólo en flores gastó cuatro mil pesos -todo esto lo obtuve vía transparencia. La cosa se complica porque si el dinero no sale del Congreso estatal, ¿entonces de dónde? ¿De su bolsillo? ¿De su partido político? La ley ordena que el dinero de los partidos políticos se usará sólo para sus actividades ordinarias. Se abre un vacío legal: ¿los informes legislativos son actividades partidistas? Si lo aceptamos, asumimos esos informes, ¿como proselitismo electoral? Mara Robles y Enrique Velázquez reconocieron que sus informes los pagó su partido Hagamos (esa bancada es pobre en votos, pero rica en presupuesto público). El fenómeno se replicó a nivel federal, en donde destacaron los informes de los senadores Vero y Clemente. La fastuosidad del escenario, la producción, el peso político de sus invitados (cuáles ciudadanos comunes) y el despliegue mediático no disimulan su verdadera naturaleza: un acto de precampaña. Pero volvamos al inicio: ¿quién pagó y de dónde salió el dinero para los informes legislativos? Reto a los diputados locales y a los federales de todos los colores, repito, todos los colores, a transparentar ese gasto. A menos que escondan algo…