La semana pasada, que quedará marcada por la escalada en la tensión entre los gobiernos de México y Estados Unidos por el tema del tráfico de fentanilo y el creciente poder de los grupos del crimen organizado en suelo mexicano que provocó una serie de señalamientos y reclamos mutuos, volvió a estallar la violencia en Teocaltiche, en la zona alteña de Jalisco en los límites con el conflictivo Estado de Zacatecas, justo por la disputa de las mafias de esa zona del país.El miedo y la zozobra que provocaron las ráfagas de armas de grueso calibre la madrugada del viernes pasado en aquella región se mantuvieron todo el fin de semana, ya que la noche del domingo, pese a la vigilancia desplegada por los primeros enfrentamientos, un grupo de hombres armados tiró el cadáver de un hombre con heridas de arma de fuego en la cabeza cerca de las ocho de la noche en la colonia El Puente. Pero esta vez el terror no sólo se sufrió en Teocaltiche sino en al menos dos puntos de la autopista Guadalajara-Lagos de Moreno. Transportistas y automovilistas que cruzaban esa madrugada la caseta de cobro de Jalostotitlán fueron testigos de cómo los sicarios incendiaron un camión de carga que causó quemaduras al chofer y también quemaron una camioneta tipo Van para obstaculizar la llegada de refuerzos policiales. Sin muertes o heridos que lamentar, lo mismo hicieron en la caseta de San Miguel El Alto, donde prendieron fuego a otro tráiler, dos camionetas y tres automóviles, lo que implica de cualquier forma agresiones directas a ciudadanos inocentes que transitan solos o con sus familias, y que padecen estos sobresaltos sin que ninguna autoridad cumpla su obligación de proteger su patrimonio e integridad física. Lo preocupante en este municipio enclavado en la zona limítrofe de Jalisco y Zacatecas es que sus habitantes han padecido ya años de violencia que han generado las mafias del cártel Nueva Generación (CNG) y el cártel de Sinaloa, que se disputan el control de ese territorio sin que ni el Gobierno federal, estatal y municipal y sus corporaciones castrenses y policiales hayan podido detener a los capos que ahí operan y a sus sicarios que se mueven con toda impunidad en grandes camiones con blindaje artesanal llamados “monstruos”, como el que quedó abandonado luego de las refriegas del viernes pasado.Desde hace dos años al menos, por los altos niveles de violencia que empezaron a provocar desplazamientos de población que abandonó sus comunidades, se envió a Teocaltiche personal militar y de la Policía estatal, y se intervino la Policía municipal por la infiltración delincuencial que la tenía cooptada, sin que ninguno de esos esfuerzos haya pacificado la zona y apagado el infierno que padece su población.jbarrera4r@gmail.com
