¿Cómo no vamos a estar orgullosos de esa resplandeciente Legislatura que tristemente cerró su ciclo ayer? ¿Cómo no aplaudir cada vez que alzaron el dedo estoico para aprobarnos una deuda que no es deuda… pero sí es deuda? ¿Cómo no amar a los flamantes diputados que encararon con gallardía una infinidad de críticas por imponer, en medio de una evidente violación normativa, a tres miembros del Consejo de la Judicatura?Imposible borrar de la mente aquel 1 de noviembre de 2018, cuando todas las fracciones parlamentarias se atrevieron a alzar la mano para aventarnos en la cara su clásico “sí, protesto” y enseguida prometer honestidad, transparencia y rendición de cuentas.¿Te acuerdas? Hasta se atrevieron a asegurar que los acuerdos en lo oscurito estarían terminantemente prohibidos y el entonces presidente de la Mesa Directiva, Salvador Caro (quien hoy lucha por ti y por mí en el Congreso de la Unión) convocó a un pacto de trabajo “honorable y digno sin anteponer los colores partidistas”.Cómo no iba a robarnos el corazón con tanto amor por el pueblo, ¿verdad? Incluso hubo otros que nos aseguraron que “no venían a pasar de noche” y hubo quien recontraprometió que iba a darle un giro radical a la política ambiental, porque en Jaliscohay fuertes deudas con el Río Santiago, el Lago de Chapala y el desabasto de agua.Y, para dejarlo claro: cumplieron. Ahí está la realidad que nos confirma que, hoy por hoy, el Río Santiago es un santuario natural; que el Lago de Chapala no tiene un solo litro de agroquímicos que enfermen a las personas y que la palabra “tandeo” no causó estragos en millones de habitantes de Guadalajara por seis meses… o más.Por eso es más que merecido el nuevo cargo que le dio el Gobierno de Jalisco a quienes votaron todo lo que el gobernador les ordenó, le pusieron alfombra roja a los secretarios que fueron a “comparecer” y lavaron las cuentas de los municipios que gobiernan los cuates.Por eso y más, venga esa bien ganada Dirección General de Desarrollo de Programas Sociales en la Secretaría del Sistema de Asistencia Social para el diputado ciudadano Daniel Robles de León, a quien recordaremos como el legislador que, lleno de amor por el pueblo, escuchó a ciudadanos que le pidieron concluir el Hospital Civil de Oriente cuando resolvía problemas y rescataba gatitos por las calles de Tonalá, y presentó una iniciativa para que eso ocurriera.Un aplauso también para Jesús Cabrera Jiménez, quien pasará a la historia por caerle bien a Movimiento Ciudadano y… bueno, con eso basta.Estrella de oro para el magnánimo Jonadab Martínez, quien tiene el gran honor de pasar de panista a mimo, y de mimo a diputado, dar clases para erradicar al maldito Covid-19 con agua y jabón, y ahora luchará mano a mano contra los malos conductores desde la Dirección de Seguridad Vial en la Secretaría de Transporte.Mención honorífica merecen Elizabeth Alcaraz Virgen, a quien le crearon su Dirección General de Desarrollo Municipal; el secretario general del Poder Legislativo Salvador de la Cruz Rodríguez Reyes, quien la va a romper como subsecretario del Interior; Esteban Estrada Ramírez, nuevo director de la Agencia Estatal de Entretenimiento; Bernardo Macklis Petrini, en la Agencia de Energía, y Rosa Alba Ramírez, de nuevo directora del Centro de Reunión y Atención para las Mujeres.Y, porque todos caben: albricias para el ex legislador federal Juan Martín Espinoza se nos va como director de Turismo Regional, y el ex priista Abel Salgado agarra la Oficina de Enlace Federal que ocupaba el tío Macedonio Tamez. ¡Soestodochingado!Porque en La Legislatura 62 podrán haber levantado el dedo para miles de cosas y, como claramente lo afirmó el diputado panista, Jorge Eduardo González Arana, atreverse a proclamarse como la “más productiva de la historia”, pero en el imaginario colectivo, el compilado número 62 de los diputados que tuvo Jalisco pasará a la historia del servilismo y el golpeteo político descarado.Por fin terminó la peor. La vara ha quedado lo suficientemente baja como para que la nueva Legislatura enmiende la plana y que textos como este no se vuelvan a escribir.