Para arrancar la recta final de la XXI edición del Festival Cultural de Mayo, la que podría calificarse como de los “highlights” en el rubro de la música, este domingo hubo actividad por partida doble…A mediodía, la violista Dana Zemtsov y la soprano Leticia de Altamirano compartieron roles estelares en la cartelera del Conjunto de Artes Escénicas de la Universidad de Guadalajara, con concurrencia regular.Abrió el programa la sinfonía Haroldo en Italia, Op. 16, de Berlioz, con la joven Dana Zemtsov (mexicana, no obstante el apellido) como solista. La historia de la obra alude a la petición de Paganini a Berlioz para componer un concierto para viola; a la confesión de Berlioz de considerarse incapaz de complacerlo; al viraje de su proyecto para hacer un especie de extenso poema sinfónico sobre las aventuras del Niño Harold, de Lord Byron, y de la emoción que la obra, en su estreno, causó al propio Paganini. Muy bien respaldada por la Orquesta Filarmónica de Jalisco, con su titular Marco Parisotto en el pódium, la solista, en lo técnico y en la emoción que fue capaz de proyectar, estuvo sobradamente a la altura de las expectativas.En su turno, Leticia de Altamirano también justificó su calidad de “una de las voces líricas más importantes de México”, como apuntaba el programa de mano. Interpretó sendas arias de El Cid, de Massenet; Romeo y Julieta, de Gounod; Carmen, de Bizet, y Thais, también de Massenet, alternadas con brillantes fragmentos orquestales de Coppelia, de Delibes.Por la noche, en el Teatro Degollado, la velada fue ocasión para una gala: la presentación en sociedad del piano Steinway que la Fundación Jesús Álvarez del Castillo, mecenas histórica del arte y la cultura en Guadalajara, entregó en comodato a la Orquesta Filarmónica de Jalisco.Para el caso se programó a las hermanas Katia y Marielle Labeque, jóvenes y celebradas pianistas francesas, frecuentes invitadas a las salas de conciertos más prestigiosas del mundo, donde han alternado con grandes orquestas y directores. Su debut en el Degollado, como uno de los ya señalados “highlights” del Festival en curso, incluyó tres obras de corte modernista: la versión para dos pianos de “La Consagración de la Primavera”, de Stravinsky; “Seis Epígrafes Antiguos”, de Debussy, y “Cuatro Movimientos para dos pianos”, de Glass.