Una de las génesis del sueño americano es la promesa de conseguir un mejor futuro. El objetivo es alcanzar una calidad de vida con un estable poder adquisitivo. No obstante, desde que un migrante aborda el tren y cruza miles de kilómetros para llegar a Estados Unidos, la esperanza puede desvanecerse, pero también se recupera cuando se acerca al “american way of life” que las imágenes y la propia historia han prometido. Aunque también vemos que las motivaciones por llegar al norte están insertas en una esfera social condenatoria, pero también humanista.Con diferentes matices y posturas, trabajos como “Llévate mis amores” (2014) de Arturo González Villaseñor, “El Paso” (2015) de Everardo González, “Mi vida dentro” (2007) de Lucía Gajá y “Who is Dayani Cristal?” (2014) de Marc Silver, por mencionar sólo algunos, se han encargado de manufacturar un cine documental sobre migrantes donde se ofrecen postales de las connotaciones tanto violentas como humanitarias de la travesía de los viajeros no sólo de México, sino de otros países latinoamericanos. En esa tendencia se encuentra “Hermanos” (2017), segundo largometraje de la artista visual Laura Plancarte que, en un montaje que establece el eje narrativo en el contraste entre dos hermanos de la región de Tierra Caliente del estado de Guerrero y una mujer estadounidense de Montana, intenta explorar las vicisitudes ideológicas y sociales respecto a la migración y las ambigüedades del sistema político y cultural de nuestros tiempos.Sin embargo, la película pierde el ritmo, con fórmulas llanas y sosas transiciones divididas que muestran una reflexión coral sobre el tema en boca de migrantes, expertos y artistas, lo que provoca que se llegue a perder la deconstrucción de los protagonistas y el contraste que dicta el montaje propuesto por Plancarte, el cual se inunda de tomas cortas que pierden coherencia en la articulación del discurso. Quizá es en las conversaciones presentadas bajo una serie de viñetas donde se muestra la idiosincrasia de dos universos disímiles que encuentran su cruce en la reconexión familiar y la identidad, las oportunidades y contradicciones de ese sueño americano que, simplemente, es una ilusión tan mortuoria como las imágenes televisivas, y hasta cinematográficas, que son cómplices de la ausencia de los vínculos universales de hermandad que hoy en día se reducen a un simple espectáculo mediático.Crítica realizada dentro del Talent Press 2018 Guadalajara, programa de perfeccionamiento en crítica cinematográfica del Talents Guadalajara, en el marco del Festival Internacional de Cine en Guadalajara 33.