Hay un lugar especial en el corazón de los seguidores de Chivas para los jugadores hábiles, esos que encuentran en la cancha pasadizos que nadie más imagina, que sólo necesitan unos pocos centímetros para trazar una gambeta, para enfilar un recorte que le da la vuelta al destino de un partido. Héctor Hernández era uno de esos jugadores.Hernández, que era simplemente llamado “Héctor” por los cronistas de la época, nació el 6 de diciembre de 1935 e inició su carrera futbolística a los 18 años en el Oro.Un cambio de entrenador y la salida de algunas figuras del club de Oblatos suscitaron el debut de Hernández. Rodrigo Ruiz, el “Dumbo” López y el “Niño” Flores dejaron el equipo, dejando el campo libre para el futuro jugador del Guadalajara.El “Chale” (como era apodado por sus compañeros) obtuvo el campeonato de goleo con 25 tantos en la temporada 1955-1956, un logro que atrajo la atención de Chivas.El romance entre Hernández y el Guadalajara comenzó en febrero de 1958, cuando el equipo invitó al delantero como refuerzo para un pentagonal en el que también participaron el Zacatepec, el Toluca, el Botafogo y River Plate.Hernández brilló desde su primer partido con el Guadalajara, anotando los dos goles con que Chivas se impuso al Botafogo en el partido inaugural del certamen. La impresión fue tan positiva que Arpad Fékete, entonces entrenador del Rebaño, pidió que el refuerzo del Oro se convirtiera definitivamente en jugador rojiblanco.El “Chale” ganó seis títulos con Chivas, capturando en el proceso el afecto de los aficionados del equipo. En el Campeonísimo, un equipo que lo tenía todo, la imaginación a la ofensiva era en gran parte responsabilidad de Hernández, que durante mucho tiempo fue considerado el mejor centro delantero del futbol mexicano.Con la Selección mexicana participó en el Mundial de 1962 y anotó un tanto de penalti ante Checoslovaquia, que sería subcampeón del torneo. En la fase eliminatoria, fueron cinco las ocasiones en que México se impuso a los ticos con goles del ídolo de Chivas, un logro que le valió el apodo de “Verdugo de Costa Rica”.Las lesiones afectaron el rendimiento de Hernández, que dejó Chivas en la temporada 1964-1965 para pasar al Nuevo León, con el que jugó tres temporadas. No fue convocado al Mundial de 1966.Luego del retiro, Héctor se dedicó a la dirección técnica. Era entrenador de Colima cuando falleció en 1984, a los 48 años, en la volcadura del autobús que transportaba al equipo.A diferencia de la mayor parte de los otros integrantes del Campeonísimo, Hernández no vivió para recibir los homenajes que habría merecido, pero su virtuosidad técnica ha trascendido el tiempo y es un componente mítico de la historia del Guadalajara.