En contra de lo que algunos piensan, creo que no es inminente una recesión en México.Es cierto que la respuesta de los bancos centrales a la elevada inflación aumentando con más fuerza que lo previsto las tasas de interés puede conducir a una desaceleración de la demanda.Sin embargo, los datos con los que se cuenta hasta ahora en nuestro país indican que no es inminente que el menor ritmo de crecimiento se traduzca en una caída de la actividad económica al menos durante este año.Obviamente México está sujeto a lo que vaya a ocurrir en Estados Unidos.En nuestro vecino del norte, aunque los temores de una recesión han crecido, en la mayor parte de los casos los expertos no prevén una caída económica profunda ni tampoco un freno que se prolongue a lo largo de muchos meses.La fortaleza que aún tiene el consumo dará generará una resistencia a una recesión más intensa.Es probable que los ahorros que tienen las familias norteamericanas, resultantes de los estímulos fiscales y monetarios de los últimos años, les permitan resistir una menor actividad económica sin tener que reducir sensiblemente el consumo.Aunque en nuestro país no se contó con respaldo fiscal del Gobierno durante la pandemia y por lo tanto los hogares no tienen una reserva de recursos como sí ocurre en Estados Unidos, el consumo interno sigue resistiendo.Algunos indicadores recientes, como por ejemplo el Monitor de Consumo de BBVA correspondiente a junio, indica un crecimiento de 1 por ciento respecto al mes anterior después de un tropiezo en mayo.Otros datos como las ventas a tiendas comparables por parte de la ANTAD, que reportaron un alza de 7.9 por ciento nominal, reflejan también una resistencia del consumo a descender.Si se combina un freno menor de las exportaciones junto con un dinamismo persistente del consumo, lo que se tiene entonces es un panorama en el cual no se perfila una recesión sino más bien una desaceleración de la actividad económica.Es probable, sin embargo, que los indicadores de inversión productiva no mejoren de manera significativa y que el movimiento de la economía se siga explicando fundamentalmente por lo que ocurre con el consumo y las exportaciones.Así que tendremos impactos diferenciados, según el sector de la economía o la región del país.De esta manera, es probable que, por ejemplo, la construcción siga pareciendo un freno mientras que los sectores vinculados con la producción y distribución de bienes de consumo tengan un mejor comportamiento, lo mismo que ocurriría incluso con o sectores exportadores, aunque, desde luego, bajarían su ritmo si la economía de Estados Unidos frena.Por ejemplo, en los primeros cinco meses del año las exportaciones manufactureras crecieron 16.7 por ciento, lo que se ve complicado para el resto del año.Pero, aún si su ritmo cae a la mitad, será un muy buen desempeño.Por lo pronto en México no se ve recesión a la vista.