LO ÚLTIMO DE Ideas
Guerra fría 2.0
La auténtica lucha global en estos momentos no es por la “libertad de expresión” como presumen Trump y sus oligarcas digitales, sino por el control político, ideológico y económico del algoritmo que regula las redes sociales.
La reciente suspensión de la cuenta de Latinus en TikTok, con más de 10 millones de seguidores, fortalece más esta hipótesis.
La cancelación ocurrió tras la cobertura crítica del medio al controversial papel de Elon Musk durante la toma de posesión de Trump, y en medio del embate retórico de la política migratoria de Trump.
Hace un par de semanas, los dueños de TikTok le entraron al juego de la promoción de Trump como su salvador.
No perdamos de vista que la propuesta de Trump para evitar la prohibición de TikTok en Estados Unidos consiste en que el 50% de la red sea adquirida por una empresa estadounidense.
Más que evitar el espionaje, como ha acusado el Gobierno norteamericano, esto le permitirá incidir en la regulación del contenido político e ideológico de la red social china.
En mi columna “El algoritmo decide lo que ves (y lo que no)” conté cómo éste suprime en X los comentarios críticos a Trump y amplifica las expresiones neofascistas y de ultraderecha.
Mark Zuckerberg también ha virado hacia la derecha radical al eliminar a principios de mes la verificación de hechos y la moderación de los discursos de odio para, en sus palabras, “restaurar la libertad de expresión”.
Zuckerberg abre así la puerta a la difusión masiva de contenidos ideológicos, antiderechos y radicalizados, a tono con su nuevo amigo Trump.
En diciembre, Human Rights Watch denunció que Instagram y Facebook eliminan o restringen contenido pro-Palestina. Algo que también hace X.
Analistas han sugerido que una razón detrás de la prohibición de TikTok por parte de Biden es la difusión crítica del genocidio contra Palestina.
Estamos ante una guerra fría 2.0 entre Estados Unidos y China, en donde la “carrera espacial” es ahora sobre plataformas digitales y al centro está el dominio del algoritmo de las redes sociales más influyentes en Occidente, todas en manos norteamericanas, menos una.
En su alineación con Trump, los oligarcas digitales de Silicon Valley saben que esta batalla geopolítica y cultural es una oportunidad más para ensanchar sus fortunas y dominio.
Hay un cuento de Ray Bradbury en donde una invasión marciana a la Tierra resulta fallida porque los extraterrestres llegan a California, Estados Unidos, y en vez de recibirlos con bombas y artillería, los reciben políticos y empresarios entre agasajos porque ven en la conquista de Marte un nuevo mercado para expandir el capitalismo.
“La guerra es mala, pero la paz puede ser algo horrible”, se lamenta uno de los marcianos derrotados.
jonathan.lomeli@informador.com.mx
Lee También
Recibe las últimas noticias en tu e-mail
Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día
Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones