A ella la salvó que gritó. Su agresor le ordenó que se callara, pero ella gritó con todas sus fuerzas… y alguien la escuchó. La salvó que gritó y que no fueron indiferentes a su miedo y desesperación, y que le ayudaron. El 5 de julio iba camino a su casa cuando un tipo la agredió, la arrastró por la calle y se la llevó a la fuerza hasta debajo de un puente, donde estaba más oscuro. La tenía en el piso, sometida, a punto de desmayarla. Ella gritaba; él iba a abusar de ella.“Yo entré en desesperación porque nadie me ayudaba. Pasaban los carros y nadie me ayudaba”, contó la joven de 24 años, entre llanto, durante una entrevista en televisión. “Busqué un momento en el que yo pudiera dar mi último grito de esperanza. Él me suelta, empieza a hacer contacto con mi extremidad y fue cuando solté mi último grito”.Un joven alcanzó a escucharla; no sabía quién era, pero vio cómo la estaban jaloneando, cómo la arrastraban al otro lado de la calle; sin pensarlo, salió de su casa y corrió a auxiliarla. El agresor ya estaba encima de ella y la estaba ahorcando.“En ese momento me dio mucho coraje porque tengo hermanas, tengo madre, tengo novia, tengo amigas y creo que vi en ella a todas ellas”, narró en una entrevista Axel, quien se ha convertido en un héroe sin capa. “Va a haber maldad, pero siempre va a haber más hombres buenos que vamos a dar la cara por cada una de ustedes”.Todo quedó grabado en cámaras de vigilancia y ocurrió en apenas unos segundos. El tipo había comenzado a seguirla calles antes; cuando ella lo notó, hizo lo que muchas hacemos cuando vamos solas: compartió su ubicación y avisó lo que pasaba. Momentos después estaba gritando por su vida.La agresión fue en calles de Iztapalapa, en Ciudad de México, pero podría haber sido en cualquier otro lugar de nuestro país, donde se denuncian, en promedio, 90 casos de violencia sexual diariamente, 39 de ellos violaciones. Según datos del equipo de periodistas de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), cada hora se denuncian entre tres y cuatro casos de abuso sexual y/o violaciones en México; las mujeres y los menores de edad son las principales víctimas.Al agresor de la joven lo detuvieron. Hubo automovilistas que se frenaron y ayudaron a que no escapara. Se llama Alberto “N”, de 35, y tendría antecedentes del 2007 por abuso sexual. Esa noche, sin ningún descaro, se puso a llorar y cínico negaba haber hecho algo. Pero las cámaras de vigilancia muestran los minutos de terror que padeció la joven.“A ella lo que la salvó fue que gritó; de verdad, nunca dejen de gritar, nunca dejen de luchar porque siempre va a haber personas que las vamos a escuchar y que vamos a dar la vida por ellas”, dice el joven que arriesgó su vida por salvar a una desconocida.A ella la salvaron la empatía y el valor. A ella la salvó que gritó y hubo quien la escuchara.