Con tanto interés en la candidatura presidencial del PRI, en Proyecto18 de Morena y en la posible conformación o no del Frente Ciudadano, al país entero se nos podría ir de noche la designación del próximo Auditor Superior de la Federación. Con la opinión pública distraída en otros asuntos, los Diputados nos podrían meter un golazo con un Auditor que no esté a la altura de lo que el país exige para combatir la corrupción.La ASF es el corazón del nuevo sistema. Como parte de las reformas al sistema nacional anticorrupción se modificaron y ampliaron sus facultades en el artículo 79 de la Constitución. “Es la entidad de fiscalización superior de la Federación, de la Cámara de Diputados, tendrá autonomía técnica y de gestión en el ejercicio de sus atribuciones y para decidir sobre su organización interna, funcionamiento y resoluciones, en los términos que disponga la ley.”Adicionalmente se fortaleció y mejoró la Ley de Fiscalización y Rendición de Cuentas de la Federación. La ASF se encarga de fiscalizar el uso de los recursos públicos federales en los tres Poderes de la Unión; los órganos constitucionales autónomos; los estados y municipios; y en general cualquier entidad, persona física o moral, pública o privada que haya captado, recaudado, administrado, manejado o ejercido recursos públicos federales.Además, entre los criterios que usa para definir los proyectos o programas que audita anualmente, la ASF toma encuentra las solicitudes de legisladores, las de grupos ciudadanos y los temas tratados en los medios de comunicación, para identificar los de mayor relevancia.Para fortalecer las instituciones no solo hay que tener un buen diseño en el papel. Tan importante, o más que eso, son las personas que las encabezan. Y justamente, en los próximos días los Diputados tendrán que designar al nuevo Auditor. Hay 41 registrados, pero muchos con un currículum que asusta. Si los legisladores hacen mal tarea le darán un golpe brutal a los esfuerzos desde la sociedad civil para erradicar la corrupción y poner fin a los pactos de impunidad que alimentan el sistema político de México.
