¿Una mujer golpeada por su pareja es un caso “afortunado” que no pasó a mayores o un feminicidio en potencia? ¿Es una sobreviviente? De ser así, ¿hasta cuándo? ¿Quién se encarga de evaluar si su vida corre algún riesgo? ¿El Ministerio Público que recibió la denuncia? La violencia de género siempre me asombra. Solicité a la Fiscalía del Estado de Jalisco las denuncias por lesiones presentadas en el Centro de Justicia para las Mujeres de Guadalajara, uno de los cuatro en el Estado (ese módulo concentra nueve de cada 10 querellas a nivel estatal). Mi razonamiento fue el siguiente. Tras la pandemia ha aumentado la violencia familiar hasta alcanzar cifras sin precedentes. El 2020 cerró con 10 mil denuncias por este delito y el año pasado aumentó 69 por ciento a 16 mil 910. Sin embargo, el Código Penal del Estado señala que comete el delito de violencia doméstica quien maltrata a un miembro de su familia con “actos u omisiones que causen un deterioro a su integridad física o psicológica”. Debido a que este delito contempla el supuesto de la violencia psicológica, me interesó conocer los datos sólo de maltrato físico contra una mujer. Es decir, las que denunciaron por lesiones. De enero a noviembre del año pasado, 15 mil 867 féminas acudieron al Centro de Justicia para las Mujeres de Guadalajara para presentar una denuncia por lesiones: 43 diarias en promedio. Si incluimos diciembre, la cifra sería similar al 2022 cuando se abrieron 16 mil 363 carpetas de investigación por lesiones. Esto es 45 mujeres golpeadas al día principalmente por su pareja. La ley tipifica las lesiones según su gravedad: las que tardan menos de 15 días en sanar y las que demoran más de 15; las que dejan una cicatriz permanente; las que provocan un menoscabo irreversible en funciones y órganos de la víctima; las que generan la pérdida de un órgano o miembro y las que se infligen, en cualquier grado, a una mujer embarazada. ¿Qué tipo de lesiones se infligieron a esas mujeres víctimas de violencia? ¿Alguna dependencia conoce, analiza y da seguimiento a este fenómeno? En el violentómetro del Inmujeres, los golpes son la antesala inmediata del grado máximo de la violencia de pareja: el feminicidio.Encontré una posible respuesta a mi pregunta en el documento “Cuando pasó lo que pasó: estudio antropológico de los contextos donde se produce el feminicidio familiar íntimo en Jalisco”. En diciembre pasado la Secretaría de Igualdad presentó avances de este diagnóstico que analiza 25 casos de feminicidio e identifica los factores de riesgo para las mujeres. En el plano político concluye que el Estado carece de acciones que anticipen o prevengan la violencia contra las mujeres; sólo el año pasado se registraron 38 feminicidios en Jalisco. Es una realidad que el aumento de las denuncias por violencia de género en Jalisco radica en la apertura de los cuatro centros estatales de justicia para la mujer: Guadalajara, Puerto Vallarta, Colotlán y en diciembre pasado abrieron el de Tlajomulco. Hay más mecanismos de denuncia en un momento en que la independencia femenina confronta el rol hegemónico masculino y goza de mayor autonomía. Eso genera tensiones que en ciertos contextos se expresan con agresiones físicas. ¿Pero de qué sirve recabar más denuncias si el papel institucional es meramente reactivo y notarial?