Noto que un sector de periodistas y personas supuestamente enterados están molestos porque nuestros actuales gobernantes no parecen apreciar muchas valoraciones internacionales de actuación aduciendo tener otros datos que los inconformes desconocen.A mí en cambio se me hace de lo más sencillo de explicar, los críticos creen que las valoraciones que no aprecian significan avance en el contexto mundial lo que no se quieren dar cuenta es que somos un país del tercer mundo con un líder mesiánico y todo lo que éste haga y lo que hagan los cinco millones de paleros que tiene instalados con diferentes títulos y cargos solo existen y se justifican en cuanto sirvan y complazcan al Tlatoani, todo debe ser hecho para que la deidad este contento con su propias ideas y que le digan que todo lo que él imaginó es lo adecuado para el país y para un pueblo que lo idolatra y que está y estará feliz con lo que piense, sueñe, diga o imagine. Juzgará con rigidez a los adversarios cuya ceguera ante la luz no les permite ver la grandeza del gobernante ni la grandeza de la cuarta transformación.Lo anterior no sólo sucede en lo federal, por acá también se calientan los inciensos a favor del tlatoani local con un gran presupuesto y si bien la burocracia adoradora es menor, a ojo de pájaro yo calculo que habrá un puño de cómo cuatrocientos mil barberos gozosos de lo nómina y dispuestos a alabar al magnate local y hacerlo creer que, antes de él nadie había logrado tanto bienestar y debe ser bonito creer esas patrañas, pero el que paga manda y aquí también tenemos otros datos comparativos, siempre justificativos del actuar.En el nivel más bajo también los presidentes municipales que gustan denominarse a sí mismos Alcaldes como si fuéramos gachupines, pero que en realidad es lo mismo que llamarlos transformador o refundidor o gran Makakicus o supremo tlatoani regional, el hecho es que este tan solo tiene 4,000 barberos.Pero todos ellos serán alabados durante su gestión y condenados en las futuras ya que no podemos decir que todo lo que hagan sea malo. Eso es imposible pero el hecho de que invariablemente serán más dañinos que benéficos es innegable y que así nos lo indica la historia, aunque no podemos negar que debe ser muy agradable estar en esa posición en que el tiempo sea el que tu deseas y si no me cree vea los canastones de regalos que les llegan sobre todo en este año.Por lo demás solo me queda desear a mis amables y solitarios lectores lo mejor de estas fiestas advirtiendo que los daños gubernamentales no son trascendentes.@enrigue_zuloaga