La semana pasada comenté aquí que ante las turbulencias políticas, acentuadas por la crisis de inseguridad, la incertidumbre financiera por el TLCAN y el hartazgo por la corrupción y la impunidad, vendría (más nos vale que así sea) un fortalecimiento de las organizaciones de la sociedad civil, cuyo peso e influencia crecerán para ser contrapeso a cualquier tentación autoritaria de los gobiernos de todos los niveles que emanen de la jornada electoral del cada vez más próximo primero de julio.Las nuevas autoridades tendrán que demostrar, antes que ninguna otra cosa, que están conscientes y dispuestas a establecer una relación de mayor interacción con la ciudadanía, con sus gobernados. Los expertos le llaman una nueva gobernanza para evolucionar hacia administraciones públicas que actúen con mayor calidad y eficiencia de la mano de sociedad civil organizada, expresada en agrupaciones empresariales, académicas y sociales.En ese sentido, uno de los indicadores claves será la apertura que muestren para definir agendas y prioridades de Gobierno consensuadas con la sociedad y que trasciendan sus gestiones. Es claro que ninguno de los retos actuales se resuelven en una sola administración. Asegurar lo contrario es demagogia. Se requiere comprometer agendas a largo plazo, que superen los vaivenes políticos y que pongan por delante los intereses y las prioridades definidas por todos, con criterios exclusivamente técnicos para superar el cortoplacismo que nos lleva al estancamiento por querer inventar el hilo negro cada que hay relevo de autoridades, aun cuando provienen del mismo partido. No se diga cuando hay alternancia política.La buena noticia es que las organizaciones de la sociedad civil jalisciense, que han avanzado a pasos agigantados en los últimos años, han cumplido su tarea.Eso quedó claro el lunes pasado en dos escenarios distintos, cuando los empresarios y organizaciones sociales dieron a conocer los temas que, desde esta parte de la ciudadanía, se consideran inaplazables de atender para mejorar la calidad de vida de los jaliscienses.Por un lado, la plataforma Tómala, que agrupa a decenas de organizaciones ciudadanas especializadas en distintas temáticas, presentó lo que llamó el Informe Nuestras Miradas 2018. Agendas de la sociedad civil. Ahí presentan propuestas que pretenden ser un punto de partida para definir acciones de Gobierno en 12 ejes: Prevención para la Seguridad; Educación; Niñez; Derechos Humanos y Paz; Igualdad Sustantiva; Gestión Integral del Agua; Ciudad y Territorio; Pobreza y Desigualdad; Movilidad Sustentable; Designaciones Públicas y Rendición de Cuentas; Participación Ciudadana; y Lucha contra la Corrupción y la Impunidad.Por el otro, las cúpulas empresariales de Jalisco completaron con sus propuestas de Crecimiento Sostenible y Gobierno Eficiente, un conjunto de seis ejes, precedido de los que plantearon sobre Estado de derecho; Educación; Competitividad; e Innovación y Productividad.Ahí hay muchas propuestas serias, hechas por expertos, que bien pueden complementar los planes de Gobierno de la y los candidatos. No más gobernantes unilaterales y guiados sólo por los poderes fácticos que sueñan dirigirlos para cobrar los favores de campaña.