Más que un jugador de otros tiempos, el italiano Giacinto Facchetti, que falleció un 4 de septiembre de 2006, era un personaje fuera del tiempo por su elegancia y su calidad en la cancha.El técnico Helenio “El Mago” Herrera descubrió a Facchetti cuando jugaba para el modesto Trevigliese y lo llevó al Inter de Milán, donde iba a convertirse en un elemento fundamental del Catenaccio de la que es recordada como la Grande Inter de los años sesenta.Originalmente un delantero, “El Mago” convirtió a Giacinto en un defensa lateral izquierdo temible, que se retiró con 75 goles anotados, una cantidad estratósferica para un defensor. Como referencia, el mediocampista Andrea Pirlo, que jugaba mucho más cerca del área, anotó 73 goles durante su carrera.Considerado todavía hoy un ejemplo por su comportamiento en la cancha, Facchetti fue expulsado en sólo una ocasión, y no por una falta, sino por aplaudir irónicamente la decisión de un árbitro.Con el Inter gana todo lo que puede ganar: cuatro campeonatos italianos, dos copas de campeones, dos copas intercontinentales y una Copa de Italia.Como capitán de la Selección italiana, fue campeón europeo en 1968, pero consagración máxima, la victoria en el Mundial de futbol, no llegó porque se interpuso en el camino esa irresistible colección de prodigios que era el Brasil de 1970. La que era considerada la mejor defensa de su tiempo resistió casi 70 minutos ante el que es posiblemente el ataque más talentoso de la historia, pero la Canarinha terminó imponiéndose por 4-1.Luego de su retiro, Facchetti no logró alejarse del futbol y se convirtió en directivo del equipo con el que jugó toda su carrera. Al momento de su muerte, era presidente del Inter.Facchetti es reconocido como uno de los mejores laterales de la historia, y es un personaje venerado en Italia, objeto de obras literarias, novelas gráficas y hasta canciones. En una estrofa de “Gaetano e Giacinto”, el grupo Stadio asegura “en todo este barullo permanece una idea, un eco en el viento: Facchetti y Scirea”, haciendo referencia a Giacinto y a Gaetano Scirea, también famoso por su caballerosidad en el campo de juego.El hijo de Facchetti, un director de teatro, cuenta el caso de un hombre, internado en un manicomio porque sufría de depresión; todo lo que era capaz de hacer era repetir la alineación de la Grande Inter. “Encontrar algo así en un lugar que es considerado como la periferia de la periferia de Milán me ha hecho pensar que hay un lugar inviolable en el que la memoria de mi padre está a salvo”, dice Gianfelice Facchetti.A pesar de su comportamiento ejemplar en la cancha, en un futbol italiano periodicamente sacudido por escándalos de corrupción, ni siquiera la figura de Facchetti puede permanecer inmaculada. Una investigación determinó que como directivo del Inter, Facchetti hacía “lobbying” con los árbitros del campeonato italiano, es decir, ejercía una presión más o menos amigable para obtener trato preferencial.Aun así, la importancia simbólica del lateral izquierdo del Inter quedó evidenciada hace unos años, cuando le preguntaron a Andrea Ranocchia, entonces joven jugador del Internazionale, en quien se inspiraba para guiar su carrera como profesional.“Espero dos cosas: ser recordado como un ganador y como una buena persona, como Giacinto. Porque si eres un ganador, pero también un canalla nadie te recordará; si en cambio eres ganador siendo una buena persona, nadie se olvidará de ti”.