Hasta hace unas cuantas décadas era común escuchar a los adultos referirse a una persona como hombre, mujer o gay (a veces con algún otro término), sin diferenciar siquiera entre identidad de género y orientación sexual. Era como si en ese entonces, para mis contemporáneos y las generaciones que nos anteceden, no existiera nada más que el binomio de ser hombre o ser mujer.Hoy es tanta la diversidad que existen listados con hasta 112 tipos de identidad de género (agénero, poligénero, blurgénero, colorgénero… y cuántas combinaciones con prefijos y sufijos pueda haber hasta que la persona se sienta identificada). Todas estas dependen únicamente de cómo se autopercibe cada quien, algo que puede o no coincidir con el sexo asignado al nacer, así como con su orientación sexual.La comunidad trans es una de las más visibles. Las personas transgénero no se identifican ni sienten que pertenecen al sexo con el que nacieron; es decir, biológicamente son hombres que se identifican como mujeres (mujer trans) y mujeres como hombres (hombre trans). Esto les ha hecho enfrentar tal violencia que la expectativa de vida de esta comunidad es de apenas 35 años o menos, de acuerdo con datos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).En el más reciente censo poblacional con enfoque en diversidad sexual llamado ENDISEG (Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género) del 2021, se contabilizaron en México 908 mil personas que no se identifican con el sexo asignado al nacer. De estas, 520 mil eran biológicamente mujeres y 388 mil hombres.En el país 8 de cada 10 personas trans se dieron cuenta antes de los 17 años de edad que su forma de ser o actuar no correspondía con su sexo de nacimiento; hay quienes no se identifican ni como hombre ni como mujer (son “no binarios”); y quienes son una combinación de los dos (“bigénero”) y también quienes un día se consideran mujer y luego hombre, su identidad de género no es fija y va cambiando según su sentir (“género fluido”).“No soy hombre ni mujer, sólo soy una persona”, dice una canción de Mecano, que suelen entonar quienes la elección binaria entre ser hombre o mujer, masculino o femenino finalmente les quedó corta.Y en esa inmensidad de géneros cada quien va eligiendo la identidad con la que más cómodo o cómoda se siente, ejerciendo su derecho a ser felices, sin agresiones ni discriminación. Porque más allá de las posturas individuales de quienes estén a favor o en contra, está el entender que se trata de definiciones de la propia identidad, que únicamente le compete a la misma persona y quizás a su círculo más cercano. Al resto, corresponde observar respetuosos, tolerantes y sin prejuicios.