Imaginemos: López Obrador decide no desaparecer como ya lo ha anunciado, al Consejo de la Judicatura Federal (CJF) para ser sustituido por una nueva sala dentro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), o sea cinco nuevos ministros afines a él y así de paso, casi tener el control de la SCJN. Imaginemos también no decide la creación de un nuevo Tribunal Constitucional (la SCJN ya lo es) para quitarle sus funciones y así controlar los litigios constitucionales.Al CJF le corresponde la administración, vigilancia y disciplina del Poder Judicial de la Federación, con excepción de la SCJN. También le corresponde al CJF el desarrollo de la carrera judicial, la designación, adscripción, ratificación y remoción de magistrados y jueces. Es integrado por siete miembros de los cuales, uno será el presidente de la SCJN, tres consejeros designados por el Pleno de la Corte, de entre los magistrados de Circuito y jueces de Distrito, 2 consejeros designados por el Senado, y uno por el Presidente de la República. Duran en su encargo cinco años excepto el presidente que dura cuatro. La importancia del CJF es obvia, tan solo por su facultad de nombramiento y vigilancia de jueces y magistrados. Y bueno, durante 2019 se van a nombrar a cinco consejeros. Uno en febrero, dos en septiembre, y dos en noviembre. Si tomamos en consideración la sesión solemne de enero de 2019 donde se elegirá al próximo presidente de la SCJN, cambiarán seis de siete. Solo uno de los nombrados por la SCJN saldrá hasta noviembre de 2021. Uno será designado de forma directa por AMLO, dos por el Senado donde tiene López Obrador el control y dos por la SCJN, sin contar al nuevo presidente de la SCJN.Los ministros de la SCJN duran 15 años y son seleccionados por el Senado de una terna enviada por el Presidente. En diciembre de 2018 dejará el cargo el ministro Cossío Díaz, luego la ministra Luna Ramos en febrero de 2019 y el ministro Franco en diciembre de 2021. En 2030 terminarán su periodo tres ministros, en 2027 dos, uno en 2026 y dos en 2024 (noviembre y diciembre). Estos últimos dos les tocará al siguiente Presidente ya que el periodo de AMLO terminará en septiembre de ese año. Al contrario del CJF de permanecer las cosas así, solo podrá nombrar a tres ministros durante su gestión por cual estaría lejos de controlar a la SCJN. A menos de forzar la salida de algunos o simplemente presionándoles con éxito.A López Obrador le conviene jugarse todas sus cartas con el nombramiento del ministro sustituto de Cossío, para tratar de convertirlo en el próximo presidente de la SCJN. Lo tendría que hacer de volada. Antes de la sesión de los primeros días de 2019. Así aseguraría la mayoría en el CJF y una influencia notable en la SCJN.Pero vaya usted a saber la suerte con que correrá el Poder Judicial Federal. Eso lo decidirá el dedito de ya saben quién.sergio@aguirre-consultores.com.mx / @seraguirre)