En cada competición deportiva donde participa una delegación de atletas cubanos, la atención no sólo se centra en su desempeño sino en las deserciones de algunos de sus integrantes. La huida de hasta cuatro futbolistas de la Selección de Cuba que participa en la actual Copa Oro 2019, vuelve a poner en el ojo público esta situación, presente desde la prohibición del profesionalismo en el deporte en 1961 por el régimen castrista.Esta medida llevó a un modelo deportivo soportado por el estado que llevó a la obtención de muchas medallas panamericanas y olímpicas. Sin embargo, las difíciles condiciones de vida que se viven en el país caribeño por sucesivas crisis económicas, los estrictos controles migratorios del régimen, y las escasas retribuciones a los atletas cubanos -39 dólares mensuales en promedio-, han llevado a varios futbolistas cubanos a dejar a su familia y mejorar sus condiciones materiales de vida en el profesionalismo.Desde 2002 a la fecha, Cuba ha participado en seis Copas Oro celebradas en Estados Unidos y de sus concentraciones se han escapado hasta 15 futbolistas. Estos “desertores” luchan por abrirse camino en la máxima competición de ese país, la Major League Soccer (MLS), y aprovechar la Ley del Ajuste Cubano, que da la ciudadanía estadounidense a cualquier cubano que radique durante más de un año en ese país. La mayoría ha terminado ganándose la vida en Ligas semiprofesionales, de futbol rápido o futbol sala, pero dicen preferir esa vida a la que tenían anteriormente.El caso más emblemático de éxito es Osvaldo Alonso, mediocentro defensivo, quien escapó de la concentración de su Selección en el 2007 y se convirtió en un jugador emblema del Seattle Sounders desde la fundación de la franquicia. Disputó casi 300 partidos de 2009 a 2018, y se ganó el apodo de “Honey Badger” (tejón de miel) por su despliegue físico y agresividad en la recuperación del balón. El hoy futbolista del Minnesota United también es el ejemplo de superación por parte de sus colegas cubanos.Otro caso de “desertor” exitoso fue el atacante Maykel Galindo, quien se escapó durante la Copa Oro 2005 y militó durante ocho años en equipos de la MLS, siendo el desaparecido Chivas USA el club donde mejor rendimiento tuvo al marcar poco más de 20 goles.La búsqueda de mejores oportunidades ha llevado a los cubanos a escaparse de diversas maneras. Yosniel Mesa, desertor en la Copa Oro de 2011, contó que se escapó de un hotel de concentración en Chicago por las escaleras de incendios a las dos de la mañana. A las afueras lo esperaba un tío para trasladarlo a Miami, sede de muchos cubanos contrarios al actual Gobierno.Aunque el Gobierno cubano permitió la expedición de visas a deportistas para viajar fuera de Cuba en 2012, la burocracia y las escasas posibilidades de tener una salida legal continúan fomentando las deserciones. Fue el caso de Ariel Martínez, conocido como el “Messi cubano”, quien en 2015 dejó todo atrás, junto a otros tres compañeros, para demostrar sus cualidades como profesional.“Eso (las deserciones) no va a parar. Hay muchos futbolistas que quieren hacer su vida, jugar al futbol que es lo que saben y en el más alto nivel, pero en Cuba no está”, advirtió a Damián Delgado, periodista de ESPN.