•Sucedió que en el último juego de la Jornada 14 de la Liga de Expansión, entre Atlético Morelia y Pumas Tabasco, apareció el grito discriminatorio por parte de los aficionados que acudieron al Estadio Morelos, cuando el equipo local perdía 1-0 y se acercaba el final del encuentro.• Dicho acontecimiento evidenció la falta de conocimiento para aplicar el reglamento por parte del árbitro del partido, Martín Molina Astorga, así como del comisario, el locutor del sonido local y de los comentaristas de la televisión.• El reglamento de la Liga de Expansión establece que, si el árbitro se percata de comportamientos discriminatorios mediante insultos o gritos por parte de los aficionados, debe aplicar la “Fase uno” del protocolo, que consistente en detener el juego mientras el sonido local solicita a los aficionados que omitan su conducta inadecuada y luego reanudar el partido inmediatamente.• Es evidente que el árbitro se tardó en aplicar el reglamento y lo hizo mal, porque ante la reiteración del grito reunió a los jugadores en el centro de la cancha durante tres minutos, a partir del minuto 87, tiempo en el cual el sonido local advirtió a los asistentes que evitaran los insultos.• Tras la reanudación del juego el público siguió manifestándose de igual forma, el árbitro detuvo el encuentro, no supo qué hacer, llamó a sus asistentes y al comisario que se comunicó vía celular con alguien y tampoco aplicaron el reglamento porque el partido continuó.De acuerdo a la reglamentación, en ese momento debió suspender el juego entre 5 y 10 minutos, tiempo en el cual los dos equipos debieron ir a sus vestidores.• El partido continuó hasta el minuto 93 y ante la conducta inadecuada de la gente en la tribuna, fue hasta entonces que aplicó el protocolo en forma tardía, mandó a los dos equipos a los vestidores durante cinco minutos, pero algunos futbolistas se quedaron en la banca, otros en las escalinatas y algunos sí se metieron al vestidor.• Durante esta interrupción varios aficionados abandonaron el estadio, pero otros se quedaron en la tribuna y tras reanudarse el encuentro se volvió a escuchar el grito homofóbico al momento de que el portero hacía demasiado tiempo para propiciar la reacción de la gente y el árbitro nunca lo amonestó.En esta “Fase tres”, el árbitro debió suspender el partido y solicitar a las autoridades el desalojo del inmueble, para luego reanudar el partido sin público, cosa que nunca sucedió.• Pero faltaba la cereza en el pastel; comentaristas del partido por televisión le dieron con todo a los aficionados michoacanos.Uno dijo que ese grito era una “estupidez” y una falta de “cultura”, le dijeron público estúpido e inculto y que la gente debe pagar y no exigir.La realidad es que es más insulto por parte del comentarista en cuestión decirle así a la gente que el grito de “pluto”.La directiva de Morelia debe poner una queja ante la FMF y que este personaje ofrezca una disculpa a los aficionados y que también sea sancionado, porque el reglamento es aplicable a todos.erlomo@hotmail.com