- La Comisión Disciplinaria de la FMF debió actuar con diferente procedimiento respecto a las dos jugadas polémicas del Clásico Nacional, por un lado, la posible inhabilitación del defensa de Chivas, Antonio Briseño y por otro, el presunto escupitajo del portero del América, Guillermo Ochoa al zaguero rojiblanco.- De acuerdo al Reglamento de Sanciones, la inhabilitación de un jugador que cause una lesión considerable a un rival se puede lograr siempre y cuando el club afectado solicite a la Comisión Disciplinaria que abra la investigación correspondiente en base a las pruebas que presente el afectado.Dichas pruebas se fundamentan en el informe arbitral, el reporte del Comisario, los videos de la jugada en cuestión y las declaraciones de las partes y testigos.- En el caso que ocupó a la Disciplinaria con respecto a la posible inhabilitación de Antonio Briseño, simplemente la directiva del América no solicitó que se abriera la investigación correspondiente para imposibilitar de jugar a Briseño hasta en tanto sanara Giovani Dos Santos y por lo tanto sólo aplicó la sanción de cuatro juegos de castigo por dicha acción: dos por la expulsión al ser culpable de juego brusco grave y otros dos por la magnitud de la falta.Hay que aclarar que la inhabilitación de un jugador no se persigue de oficio y solamente se hace cuando la solicita el club afectado.- En el presunto escupitajo de Guillermo Ochoa a Briseño, esa acción si la persiguió de oficio la Comisión Disciplinaria, porque el Reglamento de Sanciones establece en el Artículo 72 que “las infracciones disciplinarias son perseguidas de oficio”.Un escupitajo a un jugador rival está tipificado en el reglamento como una acción que amerita seis juegos de suspensión y multa de 450 UMAs (alrededor de 38 mil pesos).- Existe evidencia fotográfica de la acción donde el portero americanista escupió al zaguero de Chivas, sin embargo, en el careo que tuvo la Disciplinaria con ambos jugadores y el árbitro asistente, coincidieron en sus declaraciones al decir que no existió dicha acción.Lo que suele suceder es que los involucrados en asuntos disciplinarios muchas veces no desean hacer más grande el problema porque luego suelen venir revanchas y prefieren cortar por lo sano y declarar inexistente la acción.Los clubes también asesoran con frecuencia a los actores de sucesos disciplinarios para que declaren haciendo valer la máxima que dice: “hoy por ti, mañana por mí” y de esa forma mantienen las buenas relaciones y el pago de favores en futuros incidentes.