El líder del Frente Cívico Nacional, Guadalupe Acosta Naranjo, proclamó que el movimiento que encabeza se convertirá en partido político. De esperarse, ante el autoritarismo morenista, la mediocridad opositora y la orfandad política de millones de mexicanos. Sin embargo, convertir al movimiento en partido político será difícil, aunque también resulta sumamente necesario."Ni de izquierda ni de derecha, sino vamos a defender causas y valores" declaró Acosta Naranjo. Es una declaración intelectualmente ingenua, aunque políticamente sagaz. Ingenua, porque todo partido político tiende a la derecha o la izquierda del espectro político, y porque las causas y valores son, precisamente, ideologías. Pero también es políticamente sagaz porque Acosta Naranjo quiere convertir al Frente en un catch-all party, es decir, un partido atrapalotodo: a todos aquellos que se oponen a Morena. Precisamente, como Morena atrapa a todos los opositores a los partidos tradicionales. Tiene promesa. Y desafíos.Al país le urge un nuevo partido político de oposición. Primero, porque PAN y PRI están capturados por un reducido grupo de personas con terribles reputaciones, y la población comprensiblemente tiene percepciones sumamente negativas de ellos. Segundo, porque hay un proceso de destrucción institucional con la finalidad de implantar un régimen autocrático en México, y urge que se confronte a Morena. De entrada, la oposición a la presidenta Sheinbaum es mayor que a López Obrador en su momento: en diciembre de 2018 el 75% de los apartidistas, y el 58% de los oposicionistas, apoyaban a López Obrador; sin embargo, en octubre de 2024, el 59% de los apartidistas, y solo el 21% de los oposicionistas, apoyan a Claudia Sheinbaum (Alejandro Moreno, El Financiero).La falta de carisma de la presidenta los está perdiendo. Más aún, hay una serie de acontecimientos que prometen restarle apoyo a Morena y a la presidenta. Uno de ellos es el desgaste natural rumbo a las elecciones intermedias de 2027, donde el partido en el poder casi siempre pierde votos: le sucedió inclusive a López Obrador en 2021. Sin embargo, son las políticas morenistas las que harán que, más temprano que tarde, pierda popularidad la presidenta y su partido: la elección de jueces, magistrados y ministros; la destrucción de organismos autónomos, incluyendo el INAI, donde una clara mayoría de mexicanos -el 48%- se opone (Alejandro Moreno, El Financiero); los recortes presupuestales en rubros como salud, educación y seguridad; y, sobre todo, la promesa de una reforma fiscal, que aumentará impuestos.La Marea Rosa fracasó, pero el contexto político era otro. El Frente Cívico no promete coherencia ideológica, y habrá todo tipo de personajes políticos, muchos de ellos reprobables. Sin embargo, sí promete tener en su centro el rescate de la democracia constitucional del país, aunque eso no bastará: necesitará también una agenda popular -no populista- y perfiles que puedan movilizar a la población. El encontronazo, viene. PosdataJalisco tiene 139 mmdp en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF). El gobernador pide 8 mmdp más. Veremos.