Estamos inmersos en el proceso electoral 2018 y en la definición de candidaturas siempre hay más inconformes que satisfechos. Esa es la constante, sobre todo si se trata del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que según presumen sus dirigentes es el instituto político con más militancia en el país y en Jalisco, donde tienen más de 300 mil integrantes.En los últimos días, el PRI definió su lista de candidatos a diputados plurinominales y fue notoria la ausencia de uno de los cuadros más influyentes del partido en los últimos años: Francisco Ayón López. Ex secretario de Educación y ex presidente municipal interino de Guadalajara, reconocido como uno de los hombres más cercanos al gobernador Aristóteles Sandoval, su influencia se ha sentido no sólo al frente de la secretaría con mayor presupuesto (Educación), sino también como titular del consejo de administración del SIAPA y cabeza del órgano rector del Instituto de Pensiones del Estado de Jalisco (Ipejal).Paco Ayón tiene conocimiento puntualísimo de las “tripas” del sistema; sabe dónde están las fortalezas, pero sobre todo, las debilidades. Su capacidad de influir alcanza hasta los rincones más lejanos y son muchos, incluidos los dirigentes de otros partidos políticos, quienes le deben más de un favor. ¿Cómo entonces se quedó sin miel y sin jícara?Se daba por descontado que Ayón sería el candidato a diputado local por el Distrito 8 de Guadalajara. Incluso, se antojaba como una posición modesta porque meses atrás se manejó con insistencia que estaba moviendo sus fichas para ser candidato al Senado. Pero en el juego de la política no bastan las influencias propias, porque las circunstancias pueden ser excepcionalmente adversas, y para los priistas de Jalisco el horizonte se ha oscurecido a pesar de sus esfuerzos.El hecho es que Ayón López renunció a su candidatura en el último momento. Él no lo ha dicho, y ni falta que hace. La razón más contundente es que no quedó en la lista de candidatos plurinominales. Sin esa opción, el ex secretario de Educación no quiso aventurarse en una contienda abierta en un distrito en el que difícilmente puede ganar: sus rivales hubieran sido el diputado Alejandro Hermosillo, quien actualmente busca la reelección, y Susana Ochoa, aliada de Pedro Kumamoto en Wikipolítica. El destino de cualquier candidato priista tiene rostro de tercer lugar.La versión extraoficial es que el amigo de Paco Ayón, el ciudadano gobernador, maniobró con sus recursos para que lo incluyeran en la lista de los plurinominales, pero el partido tricolor se vio imposibilitado porque encima estaban dos compromisos mayores: la mitad de las candidaturas para mujeres y una tercera parte para los jóvenes. Y quedó fuera.¿Qué va a pasar con Ayón? Se especula con su regreso al Gobierno estatal o con un inesperado cambio de partido político. La verdad, eso ya es lo menos importante para el PRI, que a la fecha perdió a varios de sus militantes más importantes, incluidos los presidentes municipales de El Salto y Tonalá.La cuestión puede plantearse de otra manera: ¿La debacle que parece arrastrar a José Antonio Meade en la contienda presidencial se llevará hasta el fondo también al priismo de Jalisco?(jonas@informador.com.mx / @jonaspalestra)