Lunes, 25 de Noviembre 2024

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Fiesta en la política; muerte en las calles

Por: Isaack de Loza

Fiesta en la política; muerte en las calles

Fiesta en la política; muerte en las calles

Sin importar el partido al que pertenezcan, si están o aspiran al poder, quienes ya han salido a hacer una descarada campaña política que definitivamente no es “pre” ni está dirigida únicamente a simpatizantes o afiliados, le faltan el respeto a la ley y al sentido común.

En nuestra situación actual, es cuando menos cínico hablar de nuevos rumbos, mejores oportunidades, transformación o ánimo para Jalisco. Por supuesto que nuestra Entidad merece todo eso y más, pero definitivamente el camino para lograrlo está lejos de las frases insulsas, jingles, pega de calcas, tenis de colores que atentan contra la vista y sonrisas fingidas con las que las y los políticos nos bombardean mientras esconden el deseo de poder cuando Jalisco arde.

Porque sí: arde.

Jilotlán de los Dolores va a llegar a una nueva elección sin un Gobierno electo porque el crimen organizado simplemente no lo permitió. Zapopan aún llora la muerte del tercero al mando en su corporación de seguridad. Teocaltiche ha sido intervenido en tres ocasiones y, pese a eso, los ataques armados no paran. Tapalpa, otro “Pueblo Mágico”, fue escenario de un enfrentamiento armado. Puerto Vallarta está en la mira de Estados Unidos porque detectaron al menos 13 compañías ligadas directa o indirectamente con el cartel Jalisco Nueva Generación.

Sí: Jalisco arde. Aunque, en la estadística, el Gobierno del Estado use sus cifras a modo para “celebrar” que la violencia hoy es menor que cuando inició el sexenio.

Entre enero de 2018 y octubre de este año, nuestra Entidad ha registrado 13 mil 810 víctimas de homicidio doloso. Es un promedio de seis asesinatos diarios; de seis familias deshechas por la tragedia cada 24 horas. Es una realidad de terror que, además, deja fuera a miles de personas que hoy están enterradas en un paraje distante y solitario.

Hoy, las agendas programáticas de los partidos y las de los ciudadanos son completamente opuestas. Los primeros salen a las calles a celebrarse a sí mismos, a confrontar al puntero, a garantizar que ellos sí son el cambio que se promete trienio con trienio. Viven en una burbuja en la que sólo hay birria, sonrisas, aplausos y gritos de júbilo.

Los segundos, en cambio, salimos a las calles con el miedo de que alguien nos coloque una pistola en la cabeza o un cuchillo en el abdomen para quitarnos lo que ganamos en la jornada. Vivimos preocupados por saber si la hija o hijo llegaron con bien tras abordar el taxi. Cavando en esos parajes distantes y solitarios hasta encontrar los restos de quien tuvo una historia en vida.

Justo este viernes, en una entrevista que concedió en la FIL para Canal 44, la representante del colectivo Madres Buscadoras de Sonora, Cecilia Flores, dejó en claro que dejarán hablar a los políticos todo lo que quieran, pero que no permitirán que usen la tragedia de la desaparición como una agenda de colocación política.

“Ellos están en campaña. Van a prometer el cielo y las estrellas. Nosotras sólo vamos a escuchar y ver propuestas, pero confiar 100% en un político no lo debemos hacer”, dijo segundos después de recordar que ni Andrés Manuel López Obrador ni Enrique Alfaro han estado de su lado, ni siquiera cuando les garantizaron que siempre habría una puerta abierta para ellas.

Por increíble que parezca, ese sector de familias destrozadas prefiere apelar a la misericordia del crimen organizado, al cual se acercan para clamar piedad y en espera de que los líderes delictivos acepten revelar la ubicación de las fosas que ellos mismos han llenado.

“Son humanos. Aunque hagan cosas terribles, en algún momento se sensibilizan y dicen: ‘Bueno, vamos a entregarles a unos’”.

Dos agendas en la misma realidad. Una, como en cada administración, bañada en indolencia y viviendo una fiesta a la que sólo entran los que sí aplauden. Otra, soportando el menosprecio de los que antes se acercaron con el rostro amable, pero ahora ponen vallas y seguridad en edificios públicos para que nadie se acerque a molestar.

Fiesta en la política; muerte en las calles. Apatía y desesperación encontrados en un mismo Jalisco.


Colofón

Las ganancias del libro “Madre Buscadora. Crónica de la Desesperación”, de Cecilia Flores, se destinarán por completo a apoyar a familiares de personas desaparecidas. Es un granito de arena para hacer frente a la tragedia de dimensiones dantescas que nos golpea en el rostro día con día.

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