El último fin de semana, entre el 1 y 2 de febrero, ocurrió un fenómeno singular en la zona conurbada de Guadalajara: volvieron las filas de autos para cargar gasolina, pero esta vez no porque hubiera desabasto, sino porque se generó un rumor.Todo empezó durante la tarde del viernes primero del mes. El gobernador Enrique Alfaro Ramírez comentó en una entrevista que “podría” volver el escenario del desabasto de combustible si no se regulariza el ingreso de gasolina y diésel a las gasolineras de la metrópoli. Esa sola mención, difundida en medios de comunicación convencionales y también en redes sociales, bastó para que mucha gente (imposible determinar una cifra aproximada) entrara en pánico y saliera a la calle a formar su vehículo y garantizar tanque lleno.Hay cantidad de lecciones para aprender, desde las más obvias hasta las que requieren de una lectura más reposada.Lo primero que empezó a cundir en redes sociales (chats de WhatsApp, cuentas de Facebook y de Twitter) fue la información del supuesto desabasto, ¡hasta con testimonios de choferes de Pemex que lo certificaban! Pero también hubo contraste; con cifras y un comunicado de la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (Amegas) se negó que hubiera falta de gasolina.El sábado, durante la primera parte del día, quedó evidenciado que no había desabasto, aunque sí era verdad que faltaba gasolina Premium para atender la demanda; en cambio, sí había gasolina Magna y diésel. Un porcentaje relativamente pequeño de gasolineras estaba cerrado. Pero no acontecía nada que se pareciera al desabasto registrado una semana antes.También es cierto que si en los nueve municipios conurbados no hubo desabasto, éste persiste en algunas regiones del Estado, como las zonas de Los Altos, tanto Norte como Sur, entre otras.El gobernador Enrique Alfaro decidió no hacer comentarios. No respondió a las numerosas descalificaciones, a las voces de quienes lo llamaron irresponsable por su declaración.Para iniciar la semana, la misma Amegas dio a conocer que las gasolineras de la ciudad tienen reservas de 20 millones de litros de combustible, es decir lo que se consume en dos días de demanda regular. También aseguró que fue abierto el ducto de Salamanca desde la noche del domingo, sin que se registraran tomas clandestinas en territorio jalisciense.La posición que ha asumido el gobernador ante las políticas del Gobierno federal exclusivamente en el tema del combate a la corrupción en Pemex y el huachicoleo, le ha granjeado una imagen negativa ante un segmento de la población. Definitivamente, Alfaro Ramírez debe hallar otra estrategia de comunicación, especialmente para cambiar la percepción del jalisciense promedio que reniega por lo que considera un castigo inmerecido. La postura del mandatario ha sido razonable en términos generales, porque ha dejado claro que se apoya la lucha del Gobierno federal en el tema, pero también ha exigido que haya transparencia y certeza sobre el abasto de gasolina.También es indispensable que el Gobierno del Estado busque los canales más rápidos y accesibles de información. No podemos permitirnos falta de información y que los rumores sustituyan a la autoridad. Dejar solo al gobernador con sus declaraciones, lo condena a ser responsable de las percepciones negativas.