A propósito del RADAR de ayer, en el que planteé que el gobernador Enrique Alfaro debe ser el más interesado en que se realice la investigación que prometió para aplicar las sanciones correspondientes a quienes han hecho plantíos de aguacate donde no debían, ahora que entre los que tienen huertas en San Gabriel apareció el nombre de su padre, el ex rector de la Universidad de Guadalajara, Enrique Alfaro Anguiano, y de sus familiares de apellidos Aranguren y Herrejón, recibí diversas comunicaciones de las y los apreciados lectores.Me llamó especialmente la atención la de una maestra universitaria, ya jubilada, de la Región Sur de Jalisco, y que asegura que aunque la deforestación siempre había existido, fue justo en los dos últimos años, cuando se desató una voracidad nunca antes vista, para convertir los bosques de la zona en sembradíos de aguacate y maguey.La académica, cuyo nombre me reservo para cuidar su privacidad, plantea que para recuperar esas zonas, y evitar en el futuro inmediato y próximo tragedias como la que conmocionó y enlutó el domingo 2 de junio a la comunidad de Apango y la cabecera municipal de San Gabriel por el deslave de troncos y lodo que desbordó el Río Salsipuedes, no hay otra más que la expropiación de esas tierras taladas clandestinamente para la siembra del pomposa y avariciosamente llamado oro verde.Les comparto primero la parte de su testimonio en el que narra cómo vivió su familia la deforestación:“No dejen de insistir en que se investigue el caso de la depredación de los bosques del Sur de Jalisco, cometidos por aguacateros y magueyeros. Y no digo presuntamente, ahí donde todavía hace dos años había bosque sólo hay aguacates y magueyes. Si bien la deforestación, no es nueva, lleva años, lo que es nuevo, es la voracidad. Por eso mencioné los dos años, en que arrasaron con todo. Yo soy originaria del Sur, por lo que sé de qué hablo. Mi abuelo materno tenía su rancho ( …sus huertas a un kilómetro de Apango y todo era bosque tupido, espeso, oscuro de tan tupido. Hoy no hay nada. Es un desastre”.Va ahora su propuesta que no suena nada mal ante tantos años de sobreexplotación permitida por la trama de corrupción e impunidad entre voraces productores, autoridades cómplices y mafias apoderadas de las montañas:“Lo único que nos puede salvar y más a los pueblos del Sur de Jalisco es la expropiación de las tierras originalmente de bosques, reforestar y que se declaren reservas de la biosfera. Perdón, pero si no son ustedes que tienen algo de voz, y que pueden hablar por el pueblo, me temo lo peor en Jalisco. Estamos perdiendo y duele”.Veremos si ante tanto dolor, hoy sí hay respuesta de la autoridad.jbarrera4r@gmail.com