La noticia de que Nemesio Oseguera, “El Mencho”, construyó su propio hospital a sólo 50 kilómetros de Villa Purificación, Jalisco, revela cómo el cártel se ha convertido en un “estado paralelo” que incluso garantiza el acceso a la salud a su capo principal.Que “El Mencho” tenga su propio hospital también contradice la versión de Alfonso Durazo de que el criminal anda a salto de mata. En realidad vive cómodamente, protegido por autoridades y población, en un territorio bajo su control al Sur de Jalisco.***Más tardó Alberto Alfaro, regidor de Tlaquepaque, en ser agredido a balazos que en politizarse el asunto.Que si la culpa es o no de la alcaldesa María Elena Limón por quitarle el servicio de escolta; que si ya había denunciado y nadie hizo nada. En fin.La realidad es que la violencia se ha convertido en algo más complejo que narcos contra policías. En medio de ambos extremos hay muchos matices en donde se mezcla la política, el negocio y las redes de complicidad.Ojalá que ahora sí la Fiscalía del Estado se ponga las pilas para aclarar quién estuvo detrás del atentado (y por qué) contra el regidor.***Otra vez dos empresas de Carlos Lomelí, ex delegado federal en Jalisco, fueron inhabilitadas por la Secretaría de la Función Pública (SFP). Se trata de Lomedic y Abisalud; también le impusieron en total una multa de dos millones de pesos.En septiembre del año pasado, la SFP ya había inhabilitado y multado a Lomedic y Laboratorios Solfran, ambas de su propiedad. Sin embargo, cuatro meses después se supo que Lomelí había revertido las sanciones vía amparo.Al final, ya sabemos que gracias a su poder económico podrá revertir con recursos legales las sanciones para seguir en el negocio y en busca del poder político en las próximas elecciones.La SFP simula o de plano es incapaz, por acción, omisión o corrupción, de imponerle una sanción ejemplar a un ex funcionario que mientras fungía como delegado hacía negocio en el sector público.