En Querétaro una menor fue víctima de abuso sexual y quedó embarazada; el agresor -como sucede en la gran mayoría de los casos- habría sido un familiar. Tras un aborto espontáneo, la Fiscalía del Estado solicitó la encarcelaran tres años y le pagara más de medio millón de pesos para el agresor, también menor de edad.Esmeralda, de 14 años e indígena, no sabía que estaba embarazada ni cómo nacía un bebé, así que no entendía lo que pasaba en su cuerpo; pensó que los dolores eran cólicos hasta que se intensificaron y comenzó el sangrado. Su padre la encontró en el baño de su casa y la llevó al hospital.La Fiscalía de Querétaro abrió una carpeta de investigación, primero por el delito de violación. Pero decidió no ejercer acción penal contra el agresor, dejándolo impune; desestimaron el abuso sexual contra Esmeralda. Fue cuando la investigación dio totalmente un giro: la menor fue señalada por el presunto homicidio del bebé, producto de la violación. Desde entonces, ha sido revictimizada una y otra vez.¿Qué significa ser revictimizada? Que la menor, además de ser víctima de una violación, ha tenido que enfrentarse a un sistema judicial que puso en entredicho su declaración, criminalizándola y vulnerando sus derechos. Esmeralda fue señalada sin considerar su edad, contexto y condiciones de vulnerabilidad, convirtiéndola otra vez en víctima.El caso prácticamente se judicializó a través de medios de comunicación. En diversas entrevistas, la Fiscalía aseguró tener pruebas de que el bebé nació vivo y murió asfixiado. Pero la asociación Adax Digitales, que ha acompañado y asesorado a Esmeralda y su familia, advirtió que había pruebas que señalaban que el bebé tenía malformaciones y tuvo una muerte natural por asfixia en el útero.“Nosotras contamos con un metaperitaje especializado en patología forense, que eso sí tiene sustento jurídico y sí tiene esta base científica”, puntualizó Mayra Dávila, fundadora de Adax Digitales AC, en una entrevista televisiva.Y aunque finalmente este miércoles la Fiscalía de Querétaro se desistió de cualquier acción penal contra Esmeralda, su actuación la revictimizó y evidenció severas fallas y omisiones de la dependencia en el proceso. Entre ellas, la falta de sigilo en sus declaraciones, violentando el derecho a la privacidad de la víctima, asegurando que había mantenido relaciones consensuadas y dando detalles de su vida privada (sin respeto al secreto de la vida privada y a la intimidad e imagen de las personas).“Las sobrevivientes de violencia sexual tienen derecho a protección, justicia y reparación integral, sin ser revictimizadas ni criminalizadas bajo ninguna circunstancia”, advirtió la Unicef en México, respecto al proceso penal contraEsmeralda. “La violencia sexual es inaceptable. Las mujeres y niñas sobrevivientes deben ser reconocidas como víctimas, y cada caso debe ser investigado y sancionado”, agregó el organismo internacional en sus redes sociales.Ser mujer, indígena y pobre son factores de vulnerabilidad; los tres están presentes en la vida de Esmeralda. El apoyo, asesoría y acompañamiento de Adax Digitales ha sido fundamental para ella y su familia. Activistas y feministas no la dejaron sola.Mayra Dávila, fundadora de Adax Digitales AC, compartió en una entrevista que el papá de Esmeralda ha sido el principal apoyo de la menor y una importante figura de contención, repitiéndole en todo momento que ella no es culpable de lo que sucedió.Hay víctimas de violación que se van a la tumba sin hablar de lo que les sucedió o que tardan años en poder verbalizar la agresión. La principal razón suele ser el miedo. Si un menor revela el secreto de un posible abuso sexual es primordial decirle: “Te creo, creo en lo que me estás diciendo” y “Tú NO tuviste la culpa”.Culpar a la víctima es estar del lado del victimario.Instagram: vania.dedios