Entre otras cosas, Marius de Zayas (1880-1961) relacionó la influencia del arte de los negros salvajes africanos con el arte moderno, tal como lo escribió en un ensayo publicado en Nueva York en donde aseguraba que “entre todas las artes de las razas primitivas, el arte del negro salvaje de África ha tenido una influencia cierta en el arte de nuestra época… y es el punto de partida de la representación abstracta”, tal como podemos ver en algunas esculturas de Brancusi más que obvias. En otro ensayo nos habla de lo encomiable que es “la labor de quien en asuntos de arte no contempla con arrobamiento el Pasado ni sueña con el Futuro, sino que la hace con lo que el Presente pone en sus manos y hace que el Mundo se dé cuenta de lo que vale a través de sus hazañas y a través de sus propios pensamientos…”, tal como proponía en esa misma revista.Marius de Zayas nació en el Puerto de Veracruz en 1880 y, algunos años después, su padre tuvo que salir de México para evitar la represión de don Porfirio. Decidió irse a vivir a Nueva York con toda su familia y allá Marius conoció al fotógrafo Alfred Stieglitz (1864-1946) quien se convirtió en su mentor y, en 1910, le financió un viaje a París para que se pusiera en contacto con los artistas del momento. A su regreso, se convirtió en el primer promotor del arte moderno de Nueva York.“La exposición tuvo lugar en el llamado Grand Palais de los Campos Elíseos…, en donde pueden figurar en ella tanto los artistas franceses como los extranjeros, con la única condición de que las obras que remitan no hayan figurado en los salones de París…”, escribió Marius de ese viaje.Hace unos días, Antonio Saborit presentó el libro producto de la recopilación, traducción y edición de Escritos sobre Arte. Marius de Zayas (RM, 2017), en donde se publica la obra completa de aquel promotor y artista que descubrimos el año pasado en una exposición en los talleres de Luis Barragán, parte de los proyectos de Estancia FEMSA que dirige Eugenia Braniff en colaboración con el tapatío Patrick Charpenel quien, ahora, tiene un reto parecido al de Marius: promover el arte latinoamericano en el Museo del Barrio de Harlem en NY.Marius de Zayas coincidió en esa ciudad con José Juan Tablada quien, motivado por su amigo, abrió una librería latinoamericana. El poeta, como bien sabemos, veía pasar a las mujeres por la Quinta Avenida “tan cerca de sus ojos y tan lejos de su vida.” Marius dio a conocer en esa metrópoli la obra de Picasso, Brancusi y Francis Picabia, entre otros actores del arte moderno del siglo XX, así como, los diferentes movimientos, entre ellos el DADA. Ahora, Antonio Saborit reunió todo lo que le publicaron entre 1910 y 1917 en las revistas America, Camera Work y 291 y en dos pequeños libros, uno de la galería Alfred Stieglitz (291) y otro, con la impronta de Modern Gallery, “escritos que corresponden a la etapa central de la vida de Marius de Zayas —documentada por él mismo en Cómo, cuándo y por qué el arte moderno llegó a Nueva York—, y que son menos copiosos que su diarismo gráfico nunca antes reunidos en un solo espacio…”, como señala Saborit.“Después de tanto ir y venir de un lado para el otro promoviendo el arte y la fotografía, fijó su residencia en el chateau de Rivoiranche en Montesier de Clermont, cerca de Grenoble en Francia, junto con Virginia Randolph Harrison, su pareja para el resto de su vida, en donde continuó enriqueciendo sus colecciones musicales y escultóricas y ahondó sus estudios sobre la evolución de la pintura y la escultura.”Increíble que haya sido un mexicano el principal promotor del arte moderno del siglo XX en Nueva York.