El eslogan del proceso de selección del candidato presidencial de Morena -que ayer estaba colocado en el escenario donde se anunció a la ganadora de las encuestas -Claudia Sheinbaum- por la candidatura presidencial- decía: “Unidos por la Transformación” y más abajo señala: “Unidad y Transformación”. Bueno, pues ayer a las 2 de la tarde con 21 minutos y 34 segundos, Marcelo Ebrard -al denunciar irregularidades en el proceso de encuestas- les dijo “cobardes” a Mario Delgado, presidente del partido, y a Alfonso Durazo, presidente del Consejo Nacional morenista, y con ello se rompió la “Unidad” del oficialismo. Como quien dice le dio al traste al espíritu del proceso y opacó la fiesta. El proceso no salió limpio y quedó manchado por las protestas de Ebrard.Sin embargo, al final fue la “Crónica de una ruptura anunciada”, y la confirmación de que en el futuro no aceptará ningún cargo en el próximo gabinete o puesto en el Poder Legislativo -en caso de que Claudia gane- y que dejará a Morena -oficialmente el lunes- según como lo confirmó ayer por la tarde en una entrevista. Posiblemente se pueda sospechar de las irregularidades en el proceso de encuestas para la selección del candidato de Morena -como lo denunció Marcelo-, y posiblemente no se pueda demostrar, pero la realidad es que la acusación deja dudas en el ambiente morenista y en un gran sector de la percepción ciudadana. Lo que no se puede dudar es que Claudia Sheinbaum -desde hace poco más de un año cuando se dieron los nombres de las ‘corcholatas’ del Presidente- con o sin apoyo del inquilino de Palacio-, siempre se mantuvo al frente de las preferencias de las diferentes encuestas -internas y generales- y legítimamente es ella la que tiene el respaldo ciudadano morenista, además de quien la hizo su preferida desde un principio.Y ayer por la noche, cuando Mario Delgado terminó su mensaje sobre la conclusión del proceso, sin hablar sin haber mencionado el nombre de la ganadora, lo traicionó el subconsciente, porque después de los !Vivas…! para el partido, para el Presidente y para México, se dirigió solamente con Claudia Sheinbaum y la abrazó, ignorando a las otras “corcholatas”, otorgándole el triunfo inconscientemente y adelantándose a Alfonso Durazo quien dio los números finales de las encuestas. Todo estaba dicho.Ahora, lo que nos queda en los siguientes nueve meses -antes de la elección presidencial del 2 de junio del 2024-, será una lucha entre dos mujeres que históricamente buscarán la tribuna más importante de México. La moneda está en el aire.¿Usted qué opina? Daniel Rodríguezdaniel.rodriguez@dbhub.net