Desde hace 13 años -2011- Ronald Harold Johnson es senador por el Estado de Wisconsin y ha encabezado el Comité de Seguridad Nacional en el Congreso; entre el 2019 y 2021 fue embajador de Estados Unidos en El Salvador, pero antes de eso -en la década de los 80- y durante casi 20 años, desempeñó varios puestos en la Agencia Central de Inteligencia después de ser parte del equipo de Fuerzas Especiales de los Estados Unidos, conocido como los Boinas Verdes -dedicados a guerras no convencionales, contraterrorismo, reconocimiento especial y asistencia a las fuerzas de seguridad-, además de graduarse de la Universidad Nacional de Inteligencia con una Maestría en Inteligencia Estratégica. Esta “joya” de la inteligencia estadounidense ha sido nominada por Donald Trump para convertirse como embajador en México a partir del 20 de enero -si es ratificado por el Congreso-En el anuncio en las redes sociales, Trump dice que con esta designación “pondremos fin a la delincuencia migratoria, detendremos el flujo ilegal de fentanilo y otras drogas peligrosas hacia nuestro país y ¡HAGAMOS QUE ESTADOS UNIDOS SEGURO OTRA VEZ!”. Si asociamos las características de quien vendrá a la embajada norteamericana con los planteamientos, propuestas y amenazas de las últimas semanas sobre la migración, el combate al tráfico de fentanilo, acabar con los carteles de la droga y hasta usar al ejército estadounidense en nuestro territorio, vienen a corroborar que Donald Trump está hablando muy en serio y que no se trata de una más de sus bravuconadas y habladurías.Johnson es un aliado incondicional de Trump, desde las acusaciones falsas sobre el fraude en las elecciones del 2020, su apoyo a la decisión de poner fin a la Acción Diferida para los Llegados en la Infancias, la divulgación sobre teorías marginales del COVID-19, de prohibir al Departamento de Justicia rastrear y catalogar las compras de rifles y escopetas por particulares, además de firmar una carta para obstruir la legislación de control de armas y soportar las deportaciones de personas que ingresaron al país cuando eran menores de edad y que tienen permiso temporal para permanecer en el país, entre otras cosas. Hace tres años -2021- Ronald Jonson dio crédito a la teoría de la conspiración, promovida por supremacistas blancos, conocida como “El Gran Reemplazo”, que argumenta que los blancos están -poco a poco- siendo reemplazados por personas no blancas. Pero al margen de todos estos antecedentes, lo que llama la atención es la formación que tiene Johnson como agente del espionaje, su conocimiento profundo sobre la inteligencia militar, de asistencia las fuerzas de seguridad y su experiencia en el contraterrorismo -como quieren calificar a los carteles de la droga-, además de su simpatía y solidaridad con la filosofía trumpista, da la impresión que más que un embajador, nos quieren mandar a “Rambo”.¿Usted, qué opina?