Los educadores debemos de motivar la mente de los alumnos para esperar lo inesperado y poderlo enfrentar.Enseñar a afrontar los riesgos, lo incierto y saber que podemos modificar su desarrollo en función a la información que ya tenemos. Es un abandono de los conceptos deterministas que no nos permitían para ir más allá de lo esperado “Es necesario aprender a navegar en un océano de incertidumbre a través de archipiélagos de certeza”, indica Edgar Morin, en los 7 saberes necesarios para la educación del futuro.Las ciencias nos han dejado más certezas, pero al mismo tiempo nos van abriendo más y nuevas incertidumbres, y estas deben de ser parte de la educación, por lo que debemos de aceptar su presencia y comprender que deben ser incluidas en el conocimiento, tanto en las ciencias de la evolución biológica como en la historia o la física, reflexiona Morin.De cierta manera, nos invita el autor a que los alumnos sepan que existe un futuro desconocido de la aventura humana, que nada está ya previsto y que con nuestra intervención las cosas pueden cambiar, o en su momento puede llegar a suceder algo que por ahora no visualizamos.Las próximas generaciones necesitan herramientas para poder afrontar el riesgo incierto que trae consigo el futuro y así saber utilizar el conocimiento, que actualmente se tiene, para salir adelante, aunque no estemos seguros de su resultado.“Lo esperado no se cumple y para lo inesperado un dios abre la puerta”, palabras de Eurípides hace 25 siglos, cita Morin.El sexto saber que debemos considerar es el de enseñar la comprensión. La comunicación tiene como fin el comprender. Y al mismo tiempo es un medio para llegar a ello. Lo que implica que si un alumno no comprende bien las cosas, en realidad no las ha aprendido, no importa que las recuerde y pase así los exámenes, necesita demostrar que las ha comprendido.“La educacion para la comprensión está ausente de nuestras enseñanzas”, indica Morin. La comprensión es necesaria tanto en las relaciones humanas, como en el conocimiento. Está pendiente aún darle más importancia a la educación para la comprensión, para ello se requiere una reforma de la mentalidad con la que hasta ahora hemos enseñado. En pocas palabras, no hay saber en un alumno, si no hay comprensión, lo que le resta peso a todo tipo de exámenes que acentúan a la memoria como protagonista. Pues además se trata de que así busquemos “la comprensión mutua entre humanos, tanto próximos como extraños, es en adelante vital para que las relaciones humanas salgan de su estado bárbaro de incomprensión”, subraya el autor. Para asegurar la paz de la humanidad, necesitamos educar en la comprensión entre nosotros, y para lograr erradicar las causas de la xenofobia, el racismo y todo tipo de discriminaciones es indispensable estudiar la incomprensión desde sus más hondas raíces.No sólo se trata de que enseñemos a comprender a fondo las ciencias y el conocimiento en general, sino que pongamos un particular empeño en la comprensión mutua entre los seres humanos. Así que la tarea está muy clara, educar en la comprensión es fundamental para el futuro. El aula de clase no sólo es un lugar de transmisión y recepción de conocimientos, sino el espacio idóneo para la mutua comprensión.