El pasado 10 de junio, después de reunirse en Palacio Nacional con el presidente López Obrador, Claudia Sheinbaum anunció que acordó con el mandatario “hacer una discusión muy amplia” en todo el país sobre las polémicas reformas constitucionales al Poder Judicial. “Que se haga una consulta muy amplia, y que sea a partir de la discusión que puedan discutirlas las barras de abogados, las facultades de derecho, los propios ministros, magistrados y obviamente los trabajadores del Poder Judicial”, para entonces tomar una decisión final.La “consulta” ya se hizo y de acuerdo con las empresas encuestadoras De las Heras y Enkoll, el 80 por ciento de los entrevistados consideró la reforma “necesaria”, el 51 por ciento dijo estar enterado de la esencia de los cambios propuestos, mientras que el 49 por ciento dijo desconocer el tema. Como dijera el expresidente Felipe Calderón, “Haiga sido como haiga sido”, el “pueblo sabio” le dio el visto bueno y con el “banderazo” popular el proyecto continúa su camino en el recinto del Congreso, donde en septiembre se espera se apruebe con la mayoría calificada por parte del partido oficialista.Sin embargo, a los caprichos de Palacio la presidente electa no debe seguir la corriente de las voces populares de aquellas personas que carecen de los elementos básicos entender el fondo de las propuestas, por el contrario, debe acercarse a quienes entienden del tema y comprenden las consecuencias en caso de recibir luz verde los cambios. No toda la población puede ser participe de cualquier tema. Hay asuntos que deben ser analizados con conocimiento de causa y conscientes de los efectos. Además, no hay antecedente en ningún país del mundo, donde “el pueblo” elija a los ministros, magistrados o jueces. Y es que ellos no representan a las mayorías, están para interpretar todas las leyes -la Constitución- y que “se cumplan al pie de la letra”. Es por ello que quienes forman parte de ese poder, deben ser personas capacitadas en temas legales y con probada capacidad en el tema, “no al gusto o capricho del pueblo”. De concretarse el cambio constitucional al Poder Judicial, estamos al borde de destruir algo que funciona y qué es contrapeso para evitar arbitrariedades de los otros poderes. Sin esa compensación y con el control desde Palacio, estamos a un paso del autoritarismo.La consulta supuestamente ya se hizo a través de la encuesta, ahora vienen los foros de análisis y el martes Claudia pidió a todos los diputados morenistas divulgar la propuesta de reforma a toda la población, sin embargo habrá que estar conscientes de que la propuesta final de la reforma al Poder Judicial ya está finiquitada, redactada y en poder de la legislatura. Y hay que recordar lo que sucedió el 19 de octubre del año pasado cuando el presidente López Obrador envió a la Cámara de Diputados el dictamen para recortar 15 mil millones de pesos al Poder Judicial en fideicomisos. En la mañanera de ese día el mandatario reconoció que pidió “que no se le mueva ni una coma al dictamen… que se haga como está planeado, eso es todo”.Así que las consultas populares, los foros de análisis y las supuestas discusiones en comisiones en el Congreso a las reformas al Poder Judicial, es puro ‘atole con el dedo”, porque la orden del inquilino -quien es el que manda- es no “no moverle ni una coma”.¿Usted, qué opina?