Según López Obrador la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) no participó en la detención del narcotraficante Rafael Caro Quintero, sin embargo, ayer por la mañana la bandera norteamericana estaba a media asta en la explanada del edificio que se ubica en el 800 K Street en Washington, D.C., donde se encuentra el centro de operaciones de la DEA. ¿Cuál fue el motivo? La explicación que se dio fue que “es una manifestación de respeto a los marinos que perdieron la vida” en el operativo donde fue detenido el capo mexicano.¿Y desde cuándo una oficina gubernamental estadounidense muestra ese respeto cuando los militares caídos son de origen mexicano? Esto pudiera tener dos explicaciones: La primera, que Caro Quintero es el hombre más buscado por la DEA desde el 5 de marzo de 1985, cuando el cuerpo de Enrique “Kki” Camarena –un agente de esa organización– fue encontrado después de casi un mes de secuestro en Guadalajara –el 7 de febrero–, y como agradecimiento a la detención rinden homenaje a los marinos que intervinieron en la operación. Situación que parece extraña, porque no hay antecedentes en ese sentido. La segunda, que no es nada aventurada por la propia reacción de la DEA, es que entre los miembros de los marinos fallecidos iban agentes del Departamento de Justicia de Estados Unidos.Y esto último tiene sentido. El mismo día de la detención de Caro Quintero –viernes pasado por la tarde–, Anne Milgram, directora de la DEA, envió una carta a sus empleados de primer círculo en donde hablaba de “el increíble equipo de la DEA en México trabajo en colaboración con las autoridades mexicanas para arrestar a Rafael Caro Quintero”. Postura que fue ratificada por el Departamento de Estado norteamericano el sábado por la mañana. Esta situación fue desmentida por el Presidente López Obrador, quien dijo que la información “no es veraz”, que fue la Fiscalía con la colaboración de la Marina con las que se cumplimentó el operativo. Y ayer durante la mañanera, al cuestionársele, el Presidente “trastabilló” y dijo “No tuvieron injerencia directa –entonces sí intervinieron–. En algunos casos se les pide información –a la DEA– pero esta vez no. Se había pedido, pero no se llevó a cabo, no fue posible que se llevará la investigación que se les estaba pidiendo” (?). Todo un enigma en este crucigrama de respuesta.Y sobre la caída del helicóptero, que se investiga si fue un falla mecánica, error de maniobra o represalia de la delincuencia por la detención de Caro Quintero, posiblemente del Gobierno mexicano nunca tendremos una respuesta verídica, pero seguramente que los fabricantes del Sikorsky UH-60M Black Hawk –que están ligados a las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos–, una vez que hagan el peritaje de la caja negra del aparato estarán en condiciones de establecerse con mucha exactitud las causas que originaron el desplome.Tarde o temprano habrá de saberse si hubo participación directa de la DEA en el operativo y si la caída del helicóptero fue accidental o premeditada.¿Usted, qué opina? Daniel Rodríguezdaniel.rodriguez@dbhub.net