En otro momento y circunstancia, los reclamos que hicieron diputados y diputadas al titular de la Fiscalía Especializada en Delitos de Corrupción, Gerardo de la Cruz Tovar, hubieran sido, sin duda, música para los oídos de una comunidad agraviada en el pasado y en el presente, por la voracidad de una clase política y gubernamental que ve en la impunidad el mayor estímulo para cada vez, cometer saqueos mayores en detrimento de la calidad de vida de los ciudadanos.Si en el Congreso de Jalisco, la Legislatura LXII haya abierto los numerosos episodios de corrupción que están impunes y se han acumulado desde la tristemente célebre Legislatura LVIII, la sentencia de que si no hay funcionarios encarcelados, el Sistema Estatal Anticorrupción será una “broma” para los ciudadanos que lanzó el martes pasado el Presidente de la Mesa Directiva del Poder Legislativo, Salvador Caro, se haya escuchado fuerte y haya llegado lejos.Pero resulta que en el Congreso local no han pregonado con el ejemplo, ni han dado prioridad a lo que les toca hacer a legisladores y legisladoras en materia de combate a la corrupción. Dos botones de muestra:1) Desde enero, el secretario general del Congreso, Salvador de la Cruz, presentó una denuncia ante la Fiscalía Anticorrupción, por los que cobran sin ir a trabajar al Palacio Legislativo o a sus otras oficinas, las y los aviadores, pues. Pero hasta hoy no han adjuntado elementos de prueba. Le echan la bolita al contralor del Congreso, Raúl Bermúdez, quien en teoría hace las investigaciones para documentar los casos, y quien desde enero dice que las concluirá en 15 días, sin que hasta ahora haya entregado nada.2) Han ignorado revisar el Título Séptimo de la Ley en la materia, para corregir el gazapo, que se hizo por error o deliberadamente, y que desde su creación ha provocado que la Fiscalía Anticorrupción se ahogue en trabajo atendiendo carpetas de investigación que no tienen nada que ver con asuntos de desvíos de recursos. Si quieren que el fiscal Anticorrupción les entregue un buen “diagnóstico específico” de los casos que está investigando como se lo pidieron el martes, deben ya reformar la Ley y acotar la tareas de la Fiscalía especializada, y de paso investigar si esta pifia legislativa fue solo incapacidad, o dolo de algunos de la clase política para prolongar su paraíso de impunidad.Por este panorama, las muy pertinentes y justificadas exigencias hechas al fiscal Anticorrupción durante su visita al Congreso del Estado el martes pasado, entre las que estaban también que “sancionara” y “encarcelara” a los funcionarios que roban o hacen negocio con el erario, fueron un grito que escucharon pocos. Una débil voz de un Poder Legislativo afónico que debe corregir para exigir con mayor fuerza, la que dan las acciones, la congruencia y la credibilidad.jbarrera4r@gmail.com