Si usted es un buen traductor o intérprete -inglés/español- posiblemente pueda encontrar ‘chamba’ en Palacio Nacional. Todo parece indicar que después de la reunión del presidente López Obrador y John Kerry, asesor de Joe Biden y enviado especial de Estados Unidos para el clima, muy pronto saldrá la convocatoria -posiblemente en el Aviso de Ocasión de El Informador- para ocupar esa posición de manera urgente y así evitar las malas interpretaciones.Y es que todo parece indicar que en la reunión que sostuvieron por cinco horas el mandatario y el enviado estadounidense, lo que falló fue el intérprete, o a menos que López Obrador se hubiera animado a llevar la conversación en inglés (what…?) y Kerry no entendiera el acento bostoniano del hombre de Palacio. La cuestión es que al final los dos interpretaron cosas diferentes. La versión de Kerry -ante la prensa- al salir de Palacio fue una interpretación en un sentido y la del mandatario -en su mañanera- fue en otro.Kerry dijo que López Obrador “ofreció atender las preocupaciones sobre la reforma constitucional en materia energética…fue muy claro en en quiere que estas empresas -estadounidenses en el sector energético- estén en posibilidades de invertir, quiere moverse adelante, está ansioso por eliminar cualquier obstáculo que hayan enfrentado y por alentar la inversión…tengo mucha esperanza de que estas preocupaciones serán atendidas”.Horas después -12- , desde el púlpito nacional -la mañanera- el presidente dijo que no hubo reclamos de Kerry ni “quejas airadas” -sobre la reforma energética-, que por el contrario “estaban muy contentos” (?). Se le preguntó si con estas inquietudes se habían ofrecido algunos cambios al proyecto de reforma y la respuesta fue tajante, “no, se queda como esta” (!).Ante ‘el cambio de señales’ -horas después de la reunión-, en un comunicado de la embajada estadounidenses, John Kerry y Ken Salazar, embajador en México, reiteraron “las importantes preocupaciones a los cambios en la política energética…lo que pone en riesgo miles de millones de dólares de inversión potencial en México”, advirtiendose que “la plena implementación y adhesión a nuestros acuerdos comerciales es necesaria para promover nuestros intereses compartidos”.Y las diferencias no son solo en el sector energético. Ese mismo día Katherine Tai, la representante comercial de Estados Unidos, lanzó acusaciones contra México “por obstaculizar el comercio “poniendo trabas a las actividades comerciales” e identificando desafíos que ponen en riesgo la inversión extranjera, el comercio electrónico y los mercados de exportación.En general, con los planteamientos puestos en la mesa por los estadounidenses y las interpretaciones que se dan de nuestra parte a las inquietudes planteadas, poniéndonos en la posición de que escuchamos, aceptamos y después negamos, no hablan nada bien de México como socio comercial, perdiendo credibilidad, confianza y que no colaboran a mantener una buena relación diplomática, además de poner en un riesgo muy elevado los vínculos con nuestro principal socio y con el vecino de donde proviene el principal ingreso de México -las remesas-. ¿Usted, qué opina?. daniel.rodriguez@dbhub.net