Hasta el inicio formal de estas elecciones, el pasado 1 de marzo, la atención pública ha estado centrada en las candidatas presidenciales y en los candidatos a la gubernatura: Claudia Delgadillo, Laura Haro y Pablo Lemus. Pero después de desvelarse finalmente que José María “Chema” Martínez es el candidato de Morena y partidos aliados a la presidencia municipal de Guadalajara, el tema gana espacio en la agenda pública electoral.La presidencia municipal tapatía es fundamental en la estrategia de cualquiera que aspire a gobernar el Estado. No sólo por ser la capital física y política de la Entidad (el centro neurálgico económico está distribuido en diferentes puntos), sino por elementos como la sinergia de votación que puede favorecer a los dos candidatos: el que va a la alcaldía y el aspirante a la gubernatura. Además, existe la peculiar tradición política que hace del presidente tapatío un aspirante natural a gobernador. Es una regla no escrita que pesa decisivamente en el desempeño de ambas administraciones; el presidente municipal de Guadalajara suele convertirse en uno de los colaboradores obligados y muchas veces incómodo, del gobernador en turno.Por ello, la elección de “Chema” Martínez como candidato de Morena y los partidos aliados, provoca una sacudida en los equipos de campaña de las dos candidatas restantes, Verónica Delgadillo García (MC) y Diana González Martínez (PAN-PRI-PRD). La pregunta inmediata es: ¿puede “Chema” ganar la elección? Sí, y sus oportunidades son muy concretas.Enumeremos. “Chema” Martínez es un político con más trayecto, más elecciones a cuestas y más experiencia que sus contrincantes. Ganó elecciones para ser diputado local dos veces, senador en una ocasión y regidor de Guadalajara en otra oportunidad. En su larga militancia panista se puede rastrear su interés que ya es añejo, por ser presidente municipal tapatío. Y no nos engañemos: aunque sea muy prematuro, claramente él y su equipo contemplan la futura posibilidad de la gubernatura.No todo es positivo en la candidatura de “Chema” Martínez. Tiene negativos bastante claros, y su militancia panista es el más conocido, igual que su criticada jubilación en el Instituto de Pensiones del Estado. Adicionalmente, los puritanos de Morena reprueban su pragmatismo en las negociaciones políticas y la facilidad con que se acerca y negocia con los adversarios políticos.Pero ya lograda la candidatura después del tortuoso trayecto que impuso Morena desde el Comité Nacional que encabeza Mario Delgado Carrillo, para “Chema” Martínez el panorama se modifica: ahora tiene que convencer a los votantes, no estrictamente a los militantes del partido. Si cabe decirlo, es una tarea menos complicada.Verónica Delgadillo, por su parte, es la candidata apoyada por Pablo Lemus y el partido en el Gobierno, MC. Cuenta con la ventaja de haber iniciado el trabajo de campaña interna más de un mes antes que sus adversarios.Pero competir con el candidato de Morena será el mayor reto que haya enfrentado en elecciones. En este punto, la candidata de MC debe pasar por la máxima prueba de convencer a los votantes que no se han decidido, porque su “voto duro” ya está definido, igual que el voto de “Chema” Martínez. La habilidad discursiva, las propuestas definitorias, las ideas claras, son el terreno en el que ahora deben moverse.En tanto, Diana González, como candidata de la coalición PAN-PRI-PRD, encara una ruta muy complicada en la elección.¿Es posible que después de la elección del 2 junio haya un gobernador o gobernadora de partido diferente al presidente o presidenta de Guadalajara? Ciertamente, aunque esa eventualidad sería el prólogo de una ríspida relación política.