Una vez más, Diego Monraz será el encargado de meter, o al menos intentar meter, al transporte púbico en cintura. Le tocó la ingrata tarea durante el sexenio de Emilio González Márquez (2007-2013) con resultados a medias. Él fue el primero en insistir en que el único modelo posible era el de la ruta-empresa y que había que desterrar, de una vez y para siempre, el de hombre-camión pues era este modelo lo que propiciaba no solo el desorden del sistema, sino que encima lo encarecía, con impactos negativos en costo del pasaje y la calidad del servicio. Si a eso se le sumaba una ley obsoleta, las posibilidades de cambio se reducían casi a cero.Seis años después Monraz regresa, ahora con Enrique Alfaro, a dirigir los destinos del transporte público en el Estado, con tres ingredientes a su favor: una nueva ley que, al menos en principio, deberá facilitar el reordenamiento; una línea más de tren ligero, que obligará a la reestructuración de rutas, y una tarifa aprobada y puesta en marcha. En contra tiene una creciente desconfianza de los transportistas por lo que, ellos dicen, fue un sexenio de corrupción y extorsión.¿Es posible cambiar el modelo de transporte en un año, como lo prometió Alfaro en su toma de protesta? En principio se supone que todas las condiciones están dadas, entre ellas que la Línea 3 estará funcionando. Esto es fundamental, pues la reorganización del transporte urbano tendrá que ser en función de ella: la mitad de las rutas actuales pasa por el Centro y la mayoría deberá de dejar de hacerlo si queremos que tenga los aforos requeridos.Cerrar el eje 16 de septiembre-Alcalde solo para saturar otras calles del Centro tiene poco sentido, pero mientras no se terminen los trabajos del Tren Ligero no hay manera de hacer cambio alguno en la mitad de las rutas. De hecho, las pocas rutas-empresa que logró echar a andar el Gobierno de Aristóteles Sandoval son aquellas que no tocan el primer cuadro de la ciudad.Diego Monraz tiene la ventaja de que no llegará a aprender. No es un improvisado y sabe de qué lado masca la iguana. Conoce al pulpo camionero y los camioneros lo conocen a él. Tiene, en principio, todas las herramientas para hacerlo: una ley actualizada y un sistema de transporte masivo que dependerá enteramente de él. Lo que no tiene es tiempo. Si la obra del tren no reinicia pronto (hoy está parada) en un año no tendremos ni Línea 3 ni rutas-empresa.(diego.petersen@informador.com.mx)