En un gordo y verdadero embrollo se ha metido la Cuarta Transformación, que preside Andrés Manuel López Obrador, con el regreso del general en retiro Salvador Cienfuegos Zepeda, devuelto sin cargos por el gobierno de Estados Unidos, a petición del gobierno mexicano. Tal como se anunció desde el martes 17 de noviembre, al darse a conocer el comunicado conjunto del Departamento de Justicia de Estados Unidos y la Fiscalía General de la República (FGR), el gobierno del país del norte retiró los cargos por narcotráfico y lavado de dinero que pesaban sobre el ex titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), tras lo cual fue devuelto en un jet ejecutivo al día siguiente.Y tal como había anunciado su abogado en Nueva York, Salvador Cienfuegos regresó como “hombre libre” a México. Llegó a las 18:40 horas al aeropuerto internacional de Toluca y 32 minutos después salió en un auto particular para ir a dormir a su casa con su familia. En la media hora que estuvo en el aeropuerto, Salvador Cienfuegos fue informado por un “agente del Ministerio Público de la Federación la existencia de una investigación en la que se encuentra involucrado; carpeta que fue iniciada por esta FGR, con la información que se recibió del Departamento de Justicia de los Estados Unidos de América, y en lo sucesivo la investigación estará a cargo de las autoridades mexicanas, a través de la FGR”, según el comunicado de la Fiscalía.Las reacciones más amplias a este caso en la prensa y redes sociales mexicanas son, por un lado, de casi total escepticismo de que el gobierno de López Obrador y el Poder Judicial vayan a completar la investigación y eventualmente juzgar a Cienfuegos. Y por otro, también hay una percepción de que con esta maniobra se estaría demostrando otra vez la presión y la influencia de los mandos militares sobre el poder civil en México.López Obrador y su gobierno tienen conciencia de este escepticismo y de la duda que existe en la sociedad mexicana de que alguien como Cienfuegos sea investigado y juzgado con imparcialidad.Pero tanto López Obrador como el canciller Marcelo Ebrard saben que no investigar a fondo al ex titular de la Sedena sería un suicidio político para el gobierno de la Cuarta Transformación. Al menos así lo admitió el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, en la conferencia mañanera del jueves: “De modo que para México no existe el escenario de impunidad, sería muy costoso para México haber optado por tener esta conversación con Estados Unidos, lograr que se desestime por primera vez en la historia los cargos contra un ex secretario, en este caso, de la Defensa, que sea retornado a México y luego no hacer nada. Sería casi suicida, para eso mejor no decimos nada, que se quede allá”.En efecto. Si como suponemos muchos, Salvador Cienfuegos no va a ser imputado y al final quedará absuelto, eso significará otro golpe de credibilidad al gobierno de la Cuarta Transformación que quiere labrar su prestigio por combatir la corrupción y la impunidad. No juzgar a Salvador Cienfuegos significaría que en México permanecen la impunidad y la corrupción, además del poder casi intocado de las Fuerzas Armadas mexicanas. Y así no se confirmaran las acusaciones de la agencia antidrogas de Estados Unidos, de que el ex titular de la Sedena tenía vínculos con un cártel mexicano, a Cienfuegos se le debe investigar además por todos los casos de violaciones graves a los derechos y garantías individuales ocurridas en el sexenio pasado, como han reclamado los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa.Los padres de los 43 y varias organizaciones defensoras de derechos humanos han recordado pertinentemente la responsabilidad del Ejército que dirigía Salvador Cienfuegos en masacres como las de Apatzingán, Tlatlaya y Nochixtlán, así como en innumerables casos de desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y graves violaciones a derechos humanos. Durante el sexenio pasado la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) recibió tres mil 311 quejas por violaciones a derechos y garantías contra la Sedena que encabezaba Cienfuegos. El general Cienfuegos no debe quedar impune. Sería el suicidio de la Cuarta Transformación.rubenmartinmartin@gmail.com