¿Quién dijo que AMLO no apoya a los ricos? Lo ha hecho las últimas dos semanas con el subsidio del 100% a la gasolina para amortiguar el alza en los precios internacionales del petróleo por la guerra en Ucrania. Un dato respalda la anterior afirmación: el 10% de los mexicanos con mayores ingresos consumen el 40% de la gasolina en este país. En otras palabras, la mayor parte del gasto en combustible se concentra en las clases sociales medias-altas y altas que poseen dos o más autos por familia. Lo dicen especialistas y estudios: la base de la pirámide social se mueve principalmente en transporte público. ¿No contradice esto la política social del Presidente a favor de los pobres? ¿Por qué ayudar a las clases medias «aspiracionistas» que tanto critica? Antes de responder estas preguntas, un poco de contexto. Ayer dijimos que el gobierno federal enfrenta la paradoja de mantener un precio artificial de la gasolina con estímulos fiscales o impactar el bolsillo de los automovilistas directamente. Lo primero abre un boquete en las finanzas públicas pues el gobierno deja de recaudar un jugoso impuesto; la segunda opción tiene un costo político para AMLO cuando su promesa fue no aumentar el precio de la gasolina más allá de la inflación. En mi opinión, detrás de esta exención del impuesto a la gasolina, se oculta un cálculo político-electoral del mandatario de cara a la Revocación de Mandato a realizarse el 10 de abril. El alza en los combustibles genera una irritación social que se expresa fácilmente por dos vías: protestas en las calles y en las urnas. Y esto afecta directamente la popularidad de un gobernante, sobre todo en dos polos de la sociedad: los más politizados y los apáticos. AMLO tiene el suficiente olfato político para prever que en este momento un alza generalizada en los combustibles movilizaría a las clases medias y altas en su contra para el proceso revocatorio. Hay un antecedente. Morena perdió la mitad de las alcaldías de la Ciudad de México en la elección de 2021 debido a que las clases medias y altas, sobre todo estas últimas, salieron a votar. Esa elección demostró que las bases morenistas y sus simpatizantes son insuficientes si el resto de la población sale a votar, siempre que tenga una opción. Esa opción, en este caso, sería castigar con la revocación a un gobernante que incumplió su promesa. Un motivo que AMLO evitará darles porque en el fondo subsidia también su proyecto político.