Jueves, 21 de Noviembre 2024

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El servicio público

Por: Armando González Escoto

El servicio público

El servicio público

Integrarse al servicio público municipal, es participar de la máxima cercanía entre sociedad y gobierno, sin embargo, quienes lo hacen pueden estar motivados sólo por la necesidad de un empleo que habrá que desempeñar como se pueda, o estar movidos por una verdadera vocación de ayuda a la comunidad, esta actitud puede incluso cultivarse cualquiera que sea la razón por la cual se trabaja en un municipio.

Por primera vez en su historia, Guadalajara está ahora gobernada por una alcaldesa; al margen de cualquier discusión sobre cuotas de género, lo cierto es que la presencia de una mujer en el primer puesto de gobierno del municipio sí da fundadas esperanzas de que las específicas cualidades de la personalidad femenina favorezcan notablemente a nuestra ciudad ¿qué cualidades? Dedicación, responsabilidad, sensibilidad ante las realidades humanas, intuición, inteligencia, fortaleza, constancia, firmeza, además de la propia capacitación adquirida, asunto este de singular importancia, ya que desde hace décadas la mujer en la universidad desplazó rápidamente a los varones en lo que mira a resultados.

No obstante, aún la mejor de las alcaldesas depende para su gestión de la calidad de sus colaboradores, de su manera de atender a las personas desde una ventanilla hasta una camioneta de la policía, del profesionalismo con el que se desempeñan, así se trate de la limpieza de las calles que de la solución de problemas mayores. Sin duda que los servidores municipales se esfuerzan todos los días en cumplir su tarea, pero sigue haciéndonos falta un buen equipo de supervisores que revisen, valoren y den seguimiento a la administración de la ciudad, pues en ocasiones pareciera que las autoridades llegan a sus oficinas desde un helicóptero, o pasan por las calles tan de prisa, que no advierten el estado en que se halla la ciudad, sin hablar de sus barrios perdidos donde todo parece tan abandonado.

Pero no todo depende del servidor público, por lo mismo se hace siempre necesario el que la autoridad municipal siga construyendo acuerdos con la ciudadanía para enfrentar retos que deben ser resueltos por todos y no sólo por el gobierno, esto requiere de una sectorización aún más estrecha que vaya generando en la ciudad zonas seguras, zonas limpias, zonas incluyentes, zonas amables, hasta que toda la ciudad sea segura, limpia, amable e incluyente. Los ciudadanos podremos entonces quejarnos si a pesar de nuestra participación, la autoridad falla.

De igual importancia resulta el que todo funcionario público se olvide de que pertenece a un determinado partido, filiación ideológica o grupo religioso, el servidor municipal está al servicio de todas las personas y de todas sus acciones, sean o no del gusto del empleado en turno, y en la medida que se ajusten al marco legal.

Hay una amplia serie de problemas estructurales que no permiten, bloquean o enredan la función pública, uno de ellos es el que la movilidad municipal no esté en manos de la autoridad municipal, asunto absurdo y causa de constantes equívocos y estancamientos, más grave aún el que los gobiernos municipales tapatíos sigan reducidos a dos años, el primero de los cuales se usa para ubicarse, y el segundo para despedirse, quedando no sólo un tercer año perdido sino los tres en su conjunto por razones obvias. Guadalajara exige de un gobierno más serio y estable, quizá de un periodo municipal de seis años, para que deje de ser el simple trampolín para otros puestos.

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