Casi dos años nueve meses después de que se bajó del barco alfarista que iba viento en popa rumbo a la gubernatura de Jalisco y que conquistaron el 1 de julio de 2018, para coordinar en Jalisco la también campaña triunfadora de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República, Alberto Uribe ha decidido regresar al terruño para buscar contender por Morena por alguna de las dos principales alcaldías que estarán en juego en Jalisco en las próximas elecciones del 2021.La ruta política para llegar a su escenario más anhelado sería lograr la candidatura del partido del Presidente por la alcaldía de Guadalajara, como meta intermedia, para de ahí darle vida a su aspiración de contender por la gubernatura de Jalisco y cumplir su sueño de recibirla, en una especie de revancha política personal, de manos de Enrique Alfaro, con el que rompió siendo su coordinador de campaña a gobernador.Cuando el 8 de febrero del 2018 renunció a ese cargo y a la promesa de que una vez ganada la elección se convertiría en el secretario de Gobierno de esa administración postulada por el partido Movimiento Ciudadano, lo hizo acompañado de Marcelo Ebrard, quien vino a Guadalajara para anunciarlo como un gran fichaje para conducir la campaña de AMLO en Jalisco. Ganada la elección presidencial y nombrado titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Ebrard lo llevó a su equipo como titular de Coordinación Política de esa dependencia. El martes pasado, después que se hizo pública su carta de separación a ese cargo, el poderoso canciller le dedicó un tuit en el que atribuyó la salida de Uribe de la SRE para atender la instrucción presidencial de que quien quisiera participar en las próximas elecciones tendría que dejar el gobierno federal, le agradeció y le deseó “mucho éxito”.Aunque el gesto no es menor, viniendo de uno de los miembros más influyentes del gabinete de la 4T y enlistado ya entre los futuros presidenciables, Uribe necesitará mucho más para lograr transitar con ese éxito que le deseó su ex jefe en su regreso a la política en Jalisco.De entrada, encontrará un Morena dividido y lejos de tener la fortaleza institucional y operativa en la entidad, como ocurre con este partido que empezará a dirigir Mario Delgado, en todo el país. Adicionalmente, se topará con muchos otros suspirantes internos por la candidatura de Guadalajara con los que tendrá que competir o acordar, incluido el ex candidato morenista a la gubernatura y ex súper delegado federal, Carlos Lomelí, quien trabaja por ese objetivo prácticamente desde que perdió la elección estatal del 2018.Con el eventual logro de esa meta, Uribe deberá enfrentar a sus antiguos aliados que hoy ocupan y controlan los principales espacios de poder en Jalisco. Empezando por el que sería su adversario directo, el hoy alcalde de Guadalajara, Ismael del Toro, que buscará la reelección y junto con los Tlajomulco boys de los que formó parte cuando irrumpieron exitosamente en la escena política en 2010 que ganaron Tlajomulco, buscarán por todos los medios conservar la capital jalisciense, sin duda, la joya de la corona que estará en juego en Jalisco en el 2021. (Estimadas y estimados lectores, me tomo un breve descanso. Nos reencontramos aquí el lunes 16 de noviembre).jbarrerar@gmail.com
